Por Julio Hernández López
Un reportaje extenso pero, a juicio de este tecleador, mal presentado y sustentado, llevó al presidente de México a subrayar sus diferencias con la revista Proceso y, de manera más marcada, con el trabajo profesional de Carmen Aristegui.
El tema y el tratamiento periodísticos generaron una intensa polémica, sobre todo en redes sociales: “Sembrando Vida y la fábrica de chocolates” (https://bit.ly/3E92wvB), un trabajo de Tania Gómez y Sergio Rincón que fue auspiciado por “Connectas, plataforma periodística para las Américas”, y publicado sin pago económico en otros seis medios, aunque el Presidente prefirió enfocarse en los dos arriba mencionados.
En su página oficial, Connectas expresa agradecimientos (https://bit.ly/3p6AhHM) a la Fundación Nieman para el Periodismo en la Universidad de Harvard y, en este caso, a la fundación Knight; al Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés) y a la Fundación Nacional para la Democracia, financiada por el congreso de Estados Unidos y sustituta de la CIA en cuanto a la “promoción de la democracia”, con un enfoque original de “anticomunismo”.
Aun cuando el mencionado reportaje aporta datos relativos a las relaciones entre un miembro de un consejo consultivo de Sembrando Vida, que ha asesorado a la Finca Rocío, herencia recibida por hijos del presidente de la República y actualmente productora de chocolate, en expansión, una de las autoras del trabajo, Tania Gómez, reconoció en entrevista en internet que no había vasos vinculantes o pruebas claras e ineludibles de que los hijos del presidente se estarían beneficiando de las operaciones mercantiles de Hugo Chávez Ayala, empresario del cacao y miembro de un consejo relacionado con la promoción de la siembra de ese producto.
¿Hay pruebas tajantes o solo una inferencia de datos?, preguntó el entrevistador, y Gómez respondió: “Consideramos que es una inferencia. Dejamos ver ahí que todo está puesto para que se beneficie a la empresa de Hugo Chávez Ayala con la producción de Sembrando Vida que va a estar lista a partir de 2022 y hasta 2025… ponemos ahí los datos sobre la mesa”. Rincón respondió: “Es un reportaje que abre la conversación, sobre todo porque la producción de cacao todavía no está…” (https://bit.ly/3G02qas ).
Inferir, según el diccionario de la Real Academia Española, significa, en la acepción aplicable, “deducir algo o sacarlo como conclusión de otra cosa”. A juicio de este tecleador, un material de esta índole hubiera merecido una edición a fondo, que rescatara algunos datos que sí tienen valor periodístico pero evitara sugerir lo que no se puede probar, es decir, la tajante relación de beneficios que significaría para Finca Rocío la actividad de Chávez Ayala (“un agrónomo, amigo de mis hijos, que estuvo trabajando en el gobierno”, describió el propio Presidente), quien, según los datos publicados, habría vendido dos millones de semillas a técnicos de la empresa de los López Beltrán.
A la premura de la publicación de ese reportaje y ante la falta de rigor probatorio, el presidente de la República respondió secamente, señalando a Proceso y Aristegui como medios conservadores, “seudoobjetivos, seudoprogresistas, seudoindependientes”, que no han hecho periodismo al servicio del pueblo.
Aun cuando el presidente López Obrador había asegurado que no asumiría responsabilidad por ningún acto de sus familiares, salvo su hijo menor de edad, en este caso aseguró que es mentira lo publicado y descalificó a los difusores. Pero no está de más recordar y reivindicar, como fue publicado en Twitter por este tecleador, que “Hoy, como ayer, es de interés periodístico conocer y analizar la eventual evolución patrimonial de miembros de las familias en el poder. Ese es el punto en lo inmediato: saber si el antes inexistente éxito empresarial coincide con la estancia de familiares en el poder”. ¡Hasta mañana!
Fuente: La Jornada San Luis