La I Cumbre Mundial de Indignados, disidentes e insurgentes reúne en México a protagonistas de movimientos sociales que han sacudido al mundo
Por Mari Luz Peinado/ El País
Una exposición con fotografías del ‘Che’ Guevara de niño antecede la entrada al salón de reuniones. Es una especie de declaración de intenciones: las casi 200 personas que ocupan las sillas de la sala mexicana no son iconos históricos pero saben que también han formado parte de la Historia y que han ayudado en una revolución.
Los participantes en la I Cumbre de Indignados, Disidentes e Insurgentesque se reúnen desde este viernes y hasta el próximo lunes en la capital mexicana han luchado contra Gadafi, El Asad y Mubarak. Lo han hecho en las redes sociales con sus ordenadores o en las calles con pancartas. Vienen de Siria, Libia, España, Marruecos, Egipto, Irán, México… y comparten sus experiencias sobre activismo y movimientos sociales. “Todos sabíamos que pasaban cosas, habíamos escuchado que la Policía oprimía a la población, pero cuando los vídeos estuvieron en Youtube pudimos probarlo”, dice la tunecina Nadia Khiari. Esta profesora de la Universidad de Túnez comenzó a dibujar viñetas satíricas cuando se desmoronaba el régimen de Ben Alí. La ‘primavera árabe’ tiene mucho que enseñar sobre activismo en redes sociales, pero los miembros del 15-M español y el mexicano #Yosoy132 también tienen experiencias que compartir.
“Lo que une a los distintos movimientos representados es que utilizaron la tecnología como un arma política. Pero hay muchas diferencias entre ellos: mientras que en España hay reivindicaciones sociales como la educación, en México, el movimiento se concentró en contra de un partido político [el PRI]”, dice Enrique Márquez. El Jefe de la Oficina de la Internacional Socialista en México empezó a concebir esta cumbre antes de que se gestara #Yosoy132 “con cierta envidia, preguntándome por qué en este país no pasaba algo como lo que estaba ocurriendo en España”. Finalmente los estudiantes mexicanos se organizaron y también participan en el encuentro, que se celebra en el marco de las reuniones de la Internacional de Juventudes Socialistas.
El movimiento 15-M siempre ha querido desmarcarse de los partidos políticos. Por eso, cuando en Democracia Real Ya (DRY) recibieron la invitación a participar, tuvieron que pensárselo. “Hemos conseguido que se reduzca la simbología política”, explica Luís Ramón García-Hevia, miembro de DRY. “Es una gran oportunidad de crear una red, de contactar con gente de otros sitios”. El 15-M deja en herencia el nombre de “indignados” en la cumbre aunque a los miembros de DRY no acabe de gustarles la etiqueta. “Tiene mucha fuerza, pero además es que todos los movimientos tienen un poco de indignación, por eso decidimos usar esa palabra”, explica Márquez.
La cumbre se celebra en petit comité – tan solo pueden acudir a las jornadas 200 personas – por una cuestión logística pero también para alimentar las herramientas de las que se nutrieron estos movimientos. Al igual que muchos vimos la Plaza Tahrir por primera vez gracias alstreaming, estas jornadas pueden seguirse en inglés y castellano a través de su web y la organización intenta que el debate salga de la sala en el que se celebra y continúe en la red.
“Nos unen muchas cosas: la manera de organizarnos, la evolución de los movimientos. Las diferencias surgen del catalizador que los hizo nacer. Aquí fue la oposición al PRI, en Túnez la dictadura, en España fue la participación democrática”, explica César Ruano, otro de los miembros del 15-M. Este madrileño de 25 años es uno de los muchos españoles que se ha mudado a México ante las pésimas perspectivas de trabajo en España. “Ahora estamos peor que el 15 de mayo de 2011”, dice Luis Ramón, “pero no nos desanimamos. Ahora hay más gente que sale a las calles y que a lo mejor no estuvo en el origen del 15-M. Hemos creado un tejido muy importante, una colmena”.
Dentro de la sala, la periodista marroquí Chama Darchoul explica cómo el movimiento del 20 de febrero pasó de ser ‘online’ a ser ‘offline’. Asegura que no habría podido producirse sin la ayuda de dos herramientas: Youtube y los blogs. “No hay marcha atrás. Igual que ha habido edad antigua, media, moderna y contemporánea, estamos en una época de transición. Ya no hay marcha atrás, habrá un cambio de época, ya lo decían los mayas”, bromean César y Luis Ramón.
Fuente: El País