El presidente estadounidense, Donald Trump, presentó este lunes un nuevo plan para combatir la epidemia de opiáceos que sufre Estados Unidos, en el cual se incluyen medidas más duras como la pena de muerte para los traficantes de drogas.
“Algunos de estos traficantes de drogas matarán a miles de personas durante sus vidas”, aseguró el mandatario en Manchester, New Hampshire.
“Se trata de ganar un problema muy, muy difícil, y si no nos ponemos difíciles con estos traficantes, no va a suceder”, añadió.
Desde su campaña en 2016, el presidente prometió aumentar los esfuerzos para frenar el abuso de drogas, el cual causó la muerte de más de 64 mil personas por sobredosis tan sólo en 2017, según los Centros para el Control de Enfermedades.
Durante el evento, el republicano también señaló la necesidad del prometido muro en la frontera con México, al afirmar que el mismo cortaría el flujo ilegal de drogas y de las personas que las venden.
“Eventualmente los demócratas estarán de acuerdo con nosotros (para construir el muro) y para mantener afuera a las drogas”, aseguró el mandatario.
El anunciado plan exige que el Departamento de Justicia busque la pena de muerte contra los traficantes de drogas según corresponda en virtud de la ley actual, ya que, señaló, los traficantes de drogas son responsables de más muertes que los asesinos condenados a muerte.
Los críticos han advertido que la Suprema Corte de Estados Unidos podría declarar inconstitucional el esfuerzo del presidente, ya que en 2008 se limitó la pena de muerte a los crímenes que resultan en la muerte de una víctima o crímenes contra el Estado, como traición, espionaje o terrorismo.
Además de que los casos en los que se solicita la pena de muerte también le cuestan al gobierno mucho más difíciles para procesar.
Asimismo, Trump anunció la creación de un sitio web llamado crisisnextdoor.gov, en el cual se podrá encontrar información sobre los peligros de los opiáceos, incluido el fentanilo.
Por separado, el mandatario estadounidense pidió al Congreso la aprobación de leyes que disminuyan las cantidades en las posesión de drogas para la aplicación de sentencias mínimas obligatorias.
El republicano, quien el año pasado declaró que la crisis de opiáceos era una emergencia nacional de salud, aseguró que comenzaría una campaña de conciencia pública para reducir la dependencia a las drogas.
Durante la presentación del plan, el presidente estuvo acompañado del fiscal general, Jeff Sessions, a quien ha criticado en repetidas ocasiones de manera pública por haberse retirado de la investigación sobre la colusión rusa.
Sessions ha estado sujeto a los rumores de que podría estar entre los próximos funcionarios de alto nivel de la Administración que podrían ser despedidos, luego de la partida la semana pasada del secretario de Estado Rex Tillerson.
(Con información de Bloomberg y AP)
