Autoridades de San Francisco votaron unánimemente el jueves para aprobar la colocación de advertencias en la publicidad de gaseosas azucaradas, al decir que tales bebidas contribuyen a la obesidad, diabetes y otros problemas de salud.
Se cree que esta ciudad sería la primera localidad del país que obligaría a incluir las advertencias en las gaseosas si recibe una segunda aprobación por parte de la Junta de Supervisores la próxima semana y el alcalde no la veta.
La ordenanza define a las bebidas endulzadas con azúcar a aquellas con más de 25 calorías de endulzantes por 350 mililitros (12 onzas). Así que publicitar bebidas como Coca-Cola Zero y otras no calóricas no requiere advertencia, pero sería obligado en los anuncios para la Coca-Cola que sí tiene azúcar.
La ordenanza requiere advertencias en otros productos como bebidas deportivas y energéticas, aguas vitaminadas y tés helados que excedan el límite de 25 calorías. Quedan exentas la leche y bebidas elaboradas con 100% de fruta natural y jugo de vegetales.
El texto en los carteles y otros avisos sería el siguiente: “ADVERTENCIA: Las bebidas con azúcar(es) agregado(s) contribuyen a la obesidad, la diabetes y las caries. Éste es un mensaje de la Ciudad y el Condado de San Francisco”.
La ordenanza obligará a que la advertencia esté en vallas publicitarias, muros, taxis y transporte público. Las latas de gaseosas y botellas no tendrán que incluir la advertencia.
La propuesta fue rápidamente aprobada con una votación de 11-0, así como otras dos medidas enfocadas en reducir el consumo de bebidas azucaradas.
“No son productos inofensivos que saben bien”, dijo el supervisor Scott Wiener, autor de la propuesta de advertencia. “Son productos que enferman a la gente y debemos actuar”.
Una lata de 350 mililitros (12 onzas) de Coca-Cola regular contiene 140 calorías, todas de azúcar. La lata contiene 39 gramos de azúcares agregados, equivalentes a unas 9 cucharadas pequeñas.
El azúcar líquido es el nuevo tabaco en cuanto a problemas de salud pública, según afirman algunos activistas por la salud. Berkeley aprobó un impuesto el año pasado, el primero en todo el país.
Davis, una población universitaria cerca de Sacramento, California, obliga a los restaurantes a ofrecer leche y agua en los menús infantiles.
El alcalde Ed Lee no ha tomado una postura oficial pero dijo a través de una vocera que está abierto para educar a la gente a través de advertencias en publicidad.
Roger Salazar, vocero de la cámara de fabricantes de gaseosas CalBev, dijo que “es una desgracia que el concejo municipal elija la salida políticamente fácil de buscar un chivo expiatorio en lugar de buscar una solución auténtica y exhaustiva a los problemas complejos de la obesidad y la diabetes”.
Fuente: AP