CBS News reporta que uno de los sospechosos del ataque en San Bernardino, California, se llama Syed Farook, un ciudadano estadounidense. Otros de los otros sospechosos sería su hermano a quien se daba por prófugo. Y la mujer muerta ha sido identificada como su esposa, Tashfeen Malik, a quien conoció en línea y viajó a Arabia Saudita para casarse con ella y traerla a EU.
Sin embargo, las autoridades ahora hablan de Farook y su novia como los autores del ataque en San Bernardino con un saldo de 14 muertos y 21 heridos.
El jefe de policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, identificó a los sospechosos como Syed Rizwan Farook, de 28 años, y Tashfeen Malik, de 27 años y que era su esposa o prometida. Farook nació en Estados Unidos, indicó el jefe de policía, señalando que desconocía el origen de Malik.
Agentes federales y de la policía local allanaron por segundo día un domicilio en relación con la masacre.
Un equipo allanó el jueves por la madrigada la residencia en Redlands, a unos 11 kilómetros (siete millas) del lugar de la matanza en el Inland Regional Center.
También registraron un auto negro estacionado frente a la casa.
La vivienda es el lugar donde los agentes vieron inicialmente un vehículo similar a la descripción del SUV en las horas previas al tiroteo final en el que fueron abatidos.
Los atacantes irrumpieron en el Inland Regional Center, unos 90 kilómetros (60 millas) al este de Los Ángeles, en torno a las 11 de la mañana y dispararon sobre una zona de conferencias donde el personal del departamento regional de salud celebraba un banquete para los empleados, dijo Marybeth Feild, presidenta y directora ejecutiva del centro sin ánimo de lucro.
“Llegaron preparados para lo que hicieron, como si realizaran una misión”, dijo Burguan.
Farook asistió al acto antes de marcharse, y regresar para matar.
Su compañero de trabajo Patrick Baccari dijo que estaba sentado en la misma mesa que el sospechoso, pero que de pronto su colega se marchó, dejando su abrigo en una silla. Baccari dijo que cuando comenzó el tiroteo estaba en el baño, y sufrió heridas leves de la metralla que atravesó la pared.
Baccari dijo que Farook era una persona reservada que no mostraba indicios de comportamiento inusual. Este año viajó a Arabia Saudí y regresó con una esposa a la que había conocido en línea, y más tarde se dejó barba, señaló.
Ellos y otros colegas dijeron Farook era un musulmán devoto, pero rara vez se discute la religión en el trabajo. “Nunca me llamó la atención como un fanático, nunca me pareció sospechoso”, dijo Griselda Reisinger, que trabajó con Farook antes de salir de la agencia en mayo.
El FBI investigaba varios posibles motivos para el crimen, como la violencia en entorno laboral y el terrorismo, señaló David Bowdich, director adjunto de la oficina de la agencia en Los Ángeles, sin dar más detalles.
Farook era inspector de restaurantes para el Departamento de Salud, según registros públicos. Trabajaba para el condado desde hacía cinco años, dijo el jefe de policía Burguan.
La pareja había dejado a su hija de seis meses con parientes el miércoles por la mañana, diciendo que tenían una cita médica, dijo tras hablar con la familia Hussam Ayloush, director ejecutivo del Council on American-Islamic Relations.
Farhan Khan, que está casado con la hermana de Farook, dijo a la prensa que había hablado por última vez con su cuñado aproximadamente una semana antes. Dijo estar conmocionado, condenó la violencia y afirmó que no tenía “absolutamente ni idea de por qué haría esto”.
Los hechos, la investigación
Un hombre y una mujer que estaban en la camioneta armados con fusiles de asalto, pistolas y “vestimenta de tipo militar” fueron muertos, informó el jefe de policía Jarrod Burguan. Una tercera persona que fue detectada corriendo cerca de la escena de la balacera fue detenida, pero Burguan dijo que no estaba claro de que ese individuo tuviera algo que ver con el incidente.
Fue el tiroteo masivo más mortífero en la nación desde 2012, cuando un hombre asesinó a 26 niños y adultos en una escuela de Newtown, Connecticut.
La policía no reveló un posible motivo en la balacera, que ocurre cinco días después de que un hombre armado abrió fuego en una clínica de Planned Parenthood en Colorado, donde mató a tres personas.
En lo que las autoridades describieron como un ataque preciso, los hombres armados entraron al Centro Regional Inland y comenzaron a disparar alrededor de las 11 de la mañana. Abrieron fuego en la zona de conferencias, donde se realizaba un banquete del Departamento de Salud Pública del Condado de San Bernardino, dijo Marybeth Feild, directora general del centro.
“Venían preparados a hacer lo que hicieron, como si estuvieran en una misión”, dijo Burguan, quien señaló que los atacantes llevaban armas largas, es decir, fusiles o escopetas.
Las autoridades también encontraron un posible dispositivo explosivo en el centro de servicios sociales.
El ataque sucedió en un lugar dedicado a ayudar a personas con discapacidades, lo que lo hace más difícil de comprender para algunas personas.
“Son niños con discapacidades, muchas discapacidades”, dijo Sherry Esquerra, quien buscaba a su hija y su yerno, ambos empleados del lugar. “Ella brinda todos los servicios que puede para esos niños. No entiendo por qué vendría alguien a disparar aquí”.
Los agentes del FBI y otras autoridades de las fuerzas del orden convergieron en el centro y buscaron al agresor o agresores. La sargento Vicki Cervantes, portavoz de la policía de San Bernardino, dijo a The Associated Press que los reportes de los testigos varían de uno a tres hombres armados.
Varias personas se encerraron en sus oficinas esperando aterrorizadas a que la policía las rescatara, luego de que estallaran los disparos.
“Dispararon a las personas. Estoy en la oficina esperando a la policía Recen por nosotros. Estoy encerrada en la oficina”, fue el mensaje que le envió su hija a Terry Petit.
Petit, quien hizo un esfuerzo para contener el llanto mientras leía el mensaje a los reporteros en el lugar del tiroteo, dijo que su hija trabaja en el centro, donde laboran trabajadores sociales, de albergue y transportación y ofrecen otros servicios a personas con discapacidades como autismo, parálisis cerebral y epilepsia.
Diez de los heridos fueron hospitalizados en condición crítica, y tres de ellos estaban graves, de acuerdo al jefe de bomberos de San Bernardino, Tom Hannemann. La policía advirtió que la cifra de muertos y heridos eran estimados preliminares que podrían cambiar.
A medida que los agentes registraban la zona, tiendas, edificios de oficinas y al menos una escuela fueron cerradas. San Bernardino, a unos 100 kilómetros (60 millas) al este de Los Ángeles, tiene unos 214.000 habitantes.
Se montaron unidades de emergencia fuera del lugar del incidente y se podía ver a personas trasladadas en camillas. Otras se alejaron rápidamente del edificio con las manos en alto, y fueron requisadas por la policía antes de que se les permitiera reunirse con sus familiares.
Fuente: AP/Los Angeles Time