Seis aspirantes a la candidatura presidencial debatirán esta noche en Des Moines, Iowa
Un día antes del debate, CNN publicó un explosivo artículo: que el senador Bernie Sanders de Vermont le había dicho a la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts en una reunión privada en diciembre del 2018 que él no creía que una mujer pudiera ganar la presidencia. Sanders negó esto el lunes, solo para que Warren reiterara que el senador sí hizo semejante comentario. Es probable que este sea uno de los temas más candentes de esta noche, y el resultado de ello podría afectar la posición de los dos liberales, especialmente en Iowa, donde los votantes demócratas a menudo prefieren que los candidatos se mantengan positivos.
Durante meses, el exvicepresidente Joseph R. Biden Jr. ha estado en el centro del escenario, pero no ha sido el centro de atención de sus rivales, muchos de los cuales se han contentado con esperar a que la gravedad política —u otra persona— lo derriben. Ahora que los votantes pronto harán sus elecciones, Biden sigue siendo una barrera para todos los que esperan convertirse en el nominado —un factor que podría convertirlo en el foco de atención de la competencia.
Desde el asesinato del mayor general iraní, Qassim Suleimani, la política exterior ha dominado las noticias, ya que la guerra abierta con Irán de pronto pareció una posibilidad. Sanders ha intentado sin éxito echarle en cara a Biden el hecho que en el pasado votó a favor de la guerra con Irak, pero en el nuevo contexto internacional, esa historia podría recibir más atención.
Por primera vez, todos los demócratas en el escenario del debate son anglosajones, y la representación de la diversidad de esta noche vendrá de las dos mujeres restantes en la contienda. Las mujeres votantes constituyen la mayoría del Partido Demócrata, y las candidatas se desempeñaron particularmente bien en las elecciones parciales primarias del 2018. Aun así, ni la senadora Amy Klobuchar de Minnesota ni Warren han puesto el género a la vanguardia de su campaña. Eso podría cambiar el martes, especialmente para Warren, a quien probablemente se le preguntará sobre los comentarios privados que fueron atribuidos a Sanders.
La estrategia de campaña de Pete Buttigieg ha sido evidente en los últimos meses: posicionarse como la alternativa moderada de la próxima generación a Biden, mientras dirige sus críticas más hacia sus opositores liberales en lugar del propio Biden. Buttigieg, el ex alcalde de South Bend, Indiana, es uno de los debatiente más hábiles en el escenario. Con Biden todavía fuerte en las encuestas, ¿acaso Buttigieg se atreverá a contradecirlo (y, en particular, se une al debate de la guerra de Irak, el cual Sanders ha provocado)?
El multimillonario Tom Steyer entró al debate gracias a que figuró en las tardías encuestas en Nevada y Carolina del Sur. En enfrentamientos pasados, ha quedado relegado en la periferia. La pregunta para él es cómo puede hacerse relevante, en el debate y en la contienda en sí —especialmente cuando otro multimillonario, Michael R. Bloomberg, está gastando mucho más que él en su propia campaña al mismo tiempo que se concentra en los estados del Súper Martes, dándose notar incluso fuera del escenario.
Fuente: The New York Times