La exsecretaria de Estado se define como “pragmática y realista” en su primera entrevista desde que abandonó la diplomacia en enero
Por Yolanda Monge/ El País
El título del reportaje –Hillary en el aire– ya adelanta mucho del momento en que se encuentra la antigua secretaria de Estado norteamericana. En su primera entrevista concedida desde que el pasado enero abandonara el Departamento de Estado, Hillary Clinton declara que “no tiene prisa” en tomar una decisión sobre su posible candidatura para las elecciones presidenciales de 2016. “Creo que es una decisión seria que no debe de tomarse a la ligera ni es necesaria tomar ya”, explica Clinton en el último número de la revista New York.
“Faltan más de tres años para esa elección y no creo que sea nada bueno para el país”’, dice Clinton, 65 años –cumplirá los 66 el próximo 26 de octubre-. Para explicar la situación en la que se encuentra, la mujer del expresidente Bill Clinton pone un ejemplo. “Es como cuando te encuentras con alguien en una fiesta e insiste en mirar por encima de tu hombro para ver quién más se encuentra en la reunión”, relata. “Tú quieres hablarle de algo a esa persona, de algo importante, incluso puede que solo hayas ido a esa fiesta para hablar a esa persona en concreto, pero solo le interesa lo que está por venir”.
Dicho lo anterior, Clinton no niega que no sea un tema en su vida su posible apuesta por la presidencia de EEUU. “Sí, lucho con esa idea, pero soy pragmática y realista”. “Creo que tengo una idea bastante clara de los desafíos políticos y de gobierno que enfrentan nuestros líderes”, comenta la exprimera dama. “Haré todo lo posible, desde cualquier cargo, para defender los valores y las políticas que crea que son correctas para el país”
Explica Clinton en el largo reportaje que ha aprendido de sus errores. Sin duda su etapa en el Departamento de Estado la transformó: como hizo la campaña de 2008; o su tiempo como senadora por Nueva York, como primera dama. “Ahora es una persona llena de muchas otras y con un millón de contradicciones”, define la revista a la política. “Es una Clinton y sería una gran candidata en 2016. Pero si eso es lo que va a hacer, no lo dice”, explica el periodista que ha entrevistó a la estadista el pasado 11 de septiembre, el día del aniversario de los atentados terroristas de 2001 y cuando se cumplía un año del ataque de Bengazi, suceso sin el cual la secretaria habría abandonado la diplomacia estadounidense sin mácula.
El reportaje ha consultado con fuentes muy cercanas a la exprimera dama. Todas consideran que Clinton concurrirá a las primarias demócratas. “Será candidata aunque ella no lo sabe todavía”, explica a la revista uno de sus allegados. “”Es una fuerza histórica. Inexorable, gravitatoria”.
La entrevista se publicó en la red el pasado domingo y explora casi todos los temas que abarcan la vida hoy de Hillary Clinton. Desde el papel –creciente y dominante- que su hija Chelsea ha tomado en la Fundación que lleva el nombre de los tres (Bill, Hillary y Chelsea) hasta su actual relación con su marido, el 42 presidente de la nación y cuyo segundo mandato se vio empañado por el escándalo Lewinsky. Durante los pasados cuatro años, la pareja apenas se ha visto, muchas veces ni siquiera se encontraban en el mismo país, en el mismo continente. En una ocasión, sus caminos se cruzaron en Bogotá, donde cenaron juntos, pero debido a la seguridad y la logística, tras el encuentro cada uno volvió a su respectivo hotel para pasar la noche.
Por primera vez en décadas, ninguno de los dos Clinton está en una posición de Gobierno o en campaña para estarlo. Ambos están dedicados a su negocio familias, la Fundación Bill, Hillary y Chelsea Clinton que esta semana tiene su conferencia anual en Nueva York.
“Estamos juntos en casa mucho más de lo que hemos logrado estar en los pasados años”, relata Clinton. “Lo pasamos bien juntos, nos reímos de nuestros perros, vemos películas tontas, damos largos paseos, vamos a nadar…”, prosigue la mujer que no logró la candidatura a la presidencia en 2008. “Ya sabe, placeres corrientes de cada día”.
Fuente: El País