Al menos 2.5 millones de personas en el mundo son víctimas de tráfico humano, lo que supone condiciones de esclavitud, denunció el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, John Ashe, quien dijo que tales acciones suponen ganancias anual de 36 mil millones de dólares.
En una sesión de alto nivel por el primer Día Mundial contra el Tráfico de Personas, Ashe expresó que las víctimas de tráfico sufren explotación en sus propios países y el extranjero, y que ninguna nación se salva de ser origen, tránsito o destino de este flagelo.
En su intervención, Ashe destacó que el tráfico es una de las más grotescas violaciones de los derechos humanos, y también un crimen lucrativo para quienes lo organizan, con ganancias anuales estimadas en 36 mil millones de dólares.
Lamentó que pese a que hace más de 60 años se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece que todos las personas nacen libres, hoy existan aún víctimas forzadas a trabajar y desplazarse, en su mayoría mujeres y menores de edad.
Ashe explicó que el tráfico de personas representa una grave amenaza a la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos, por lo que es preciso que la comunidad internacional se coordine para tomar medidas contra este fenómeno.
El diplomático de Barbuda señaló que las víctimas de tráfico son sometidas a explotación sexual o a labores forzadas, a casamientos por la fuerza, obligadas a pedir limosnas, se les extraen órganos, o son obligadas a cometer crímenes o participar en combates armados.
“Debemos hacer más para prevenir que las personas vulnerables sean presas de los traficantes, y para apoyar a los sobrevivientes del tráfico”, dijo Ashe.
De igual forma llamó a ayudar a “los valientes individuos” que trabajan con las víctimas del tráfico para garantizar que puedan reconstruir sus vidas.
Urgió también a la comunidad internacional a no soslayar el problema del tráfico, que sucede en “las márgenes oscuras de nuestras sociedades”, en favor de atender retos más obvios y evidentes.
Fuente: AP