En la primera visita a Argentina de un gobernante israelí desde la creación de Israel llegó este lunes a esta capital el primer ministro, Benjamin Netanyahu, entre fuertes expresiones de rechazo de sectores progresistas de la comunidad israelita aquí, de diversos movimientos y organizaciones sociales y políticas, y personalidades como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
Por Stella Calloni
Netanyahu llegó al aeropuerto de Ezeiza acompañado por su esposa Sarah y una comitiva de 30 hombres de negocios para una visita de 48 horas en el marco de una gira por Colombia y México que terminará en Nueva York, para asistir a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Su llegada fuertemente custodiada por un enorme aparato de seguridad, con la presencia de la inteligencia israelí, que tiene vínculos estrechos con el gobierno derechista del presidente Mauricio Macri, produjo un caos por los cortes de calles y avenidas y el despliegue de efectivos policiales en varios puntos de la ciudad, mientras surgen cada vez más voces de repudio a su visita.
Por la tarde, encabezó junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti un acto en la Plaza de la Memoria de la embajada de Israel en conmemoración de los 22 muertos (y unos 200 heridos) que produjo un atentado el 17 de marzo de 1992, cuya responsabilidad no se estableció hasta hoy.
Luego visitó la sede nueva de Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ataque del acusó, sin pruebas, a Irán. También atribuyó el bombazo a la embajada a la república islámica.
En la tarde se reunió con la colectividad judía, religiosa y de derecha aquí, ya que hay sectores muy críticos que se han organizado han repudiado su presencia y critican la política contra palestina y su posición en el mundo.
Este martes se reunirá con su anfitrión el presidente Mauricio Macri y participará en el Foro Empresario Económico que se celebrará en la cancillería argentina. Desde que Macri era jefe de gobierno de esta capital (2007-2015), las relaciones con el gobierno de Netanyahu fueron muy estrechas e incluso la primer Policía Metropolitana que se creó durante su gestión recibió y recibe entrenamiento de especialistas israelíes.
El rabino Sergio Bergman de la ultraderecha israelí es Ministro de Medio Ambiente de Macri y el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj surge de la ultraderechista Delegación de de Asociaciones Israelitas-Argentinas(DAIA), que representa a la poderosa elite empresarial de la comunidad judía local.
La llegada de Macri al gobierno llevó a un cambio impactante de la agenda bilateral entre ambos países, desde que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner terminó su mandato en diciembre de 2015.
Analistas locales recuerdan que uno de los primeros pasos del nuevo gobierno que manejaba lo que aquí se llamó el Partido Judicial que reunía a jueces y fiscales aliados a Macri, que persiguieron a la ex mandataria durante su gobierno, y que ahora están “en el poder” fue lograr que éstos reabrieran una causa que estaba cerrada por absoluta falta de pruebas como era la utilización del Memorándum de Entendimiento firmado a fines de 2013 con Irán -que nunca se aplicó- en un intento por buscar un camino para encontrar la verdad sobre los verdaderos responsables del cruento atentado contra la AMIA en julio de 1994.
En estos momentos el polémico juez Claudio Bonadío unificó esta causa reabierta contra Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, por supuesto encubrimiento a funcionarios iraníes acusados- también sin pruebas- por Israel y Estados Unidos por ese atentado y otra absurda de “traición a la Patria” por haber firmado ese principio de acuerdo, en un gesto que coincide con esta visita.
Por cierto también Macri cambió un voto positivo en la Unesco que condena a Israel en el conflicto con los palestinos y se abstuvo.
Lo más importante que se firmará es sin duda el acuerdo de Seguridad, y con esto se justificará y “legalizará” cualquier tipo de operación conjunta en la llamada guerra antiterrorista supuestamente contra el narcotráfico, el crimen organizado y por supuesto el terrorismo, algo en que los hombres de Macri ya vienen ajustando desde su lugar en el gobierno de esta capital desde 2007 hasta ahora.
La propia prensa israelí ha criticado este viaje, que se realiza cuando surgen evidencias específicas sobre corrupción tanto para el primer ministro como para su esposa Sarah, investigados por la justicia de su país.
Repudio
“Fuera de Argentina” dicen la mayoría de los comunicados de partidos políticos y organismos de izquierda y progresistas, que llamaron a una marcha este miércoles en la Avenida 9 de julio para repudiar esta visita y condenar la actuación de Netanyahu contra el pueblo palestino y acusarlo de crímenes de lesa humanidad.
El premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, rechazó la llegada al país Netanyahu, y denunció que “no sólo él mismo está acusado de haber cometido crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional por matar civiles bombardeando escuelas, hospitales y mezquitas de Palestina, sino que además le brinda protección a un represor de la última dictadura argentina”.
Consideró que Israel protege y se niega a extraditar a Teodoro Aníbal Gauto, ex agente del Batallón 601 prófugo de la justicia argentina y con pedido de captura internacional de Interpol, acusado de haber cometido delitos de lesa humanidad en el centro clandestino de La Cacha durante la última dictadura cívico-militar.
“No me extraña que este presidente, tan empeñado en desconocer los 30 mil desaparecidos por la dictadura militar, en minimizar la política de derechos humanos, y desconocer la desaparición forzada de Santiago Maldonado, tenga buenas relaciones con un protector de represores. No es casual que no hablen de terrorismo de Estado”, añadió Pérez Esquivel.
Netanyahu está denunciado en Argentina por crímenes contra el pueblo palestino. El periodista y dirigente del Partido Liberación, Sergio Ortiz amplió este mes su denuncia en el fuero federal de Córdoba contra el primer ministro por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad cometidos en Gaza y los que continuaron luego de los bombardeos. En Argentina, los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles.
Fuente: La Jornada