Harvard desmiente registro de niño genio

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Luis Roberto Ramírez Álvarez, el niño genio Mexicano de 11 años que causó revuelo en el mundo tras darse a conocer que asistiría a Havard, podría no ser cierto, publica Latin Times.

“Aunque no hay duda que su coeficiente intelectual, que tiene un rango de entre 152-160, lo clasifica como un genio, su asistencia a las aulas de la prestigiosa universidad están por verse”, de acuerdo con el portal informativo de Nueva York.

“Hasta el momento, los reportes de que Harvard lo invitó o lo aceptó a la escuela son completamente falsos. Luis Roberto tiene la intención de someter una aplicación para entrar a estudiar ahí, pero no hay nada oficial”, según el reporte.

“No hablamos sobre estudiantes en particular, pero si te digo que Harvard College no tiene ningún expediente de este solicitante”, reveló Harvard a Latin Times.

Sin duda, el caso de Luis Roberto Ramírez Álvarez es único y esperemos que si pueda nutrir su mente en una escuela que lo pueda aprovechar.

En días pasados se publicó que Luis Roberto Ramírez Álvarez, de 11 años de edad, terminará la preparatoria e iniciará con su preparación universitaria con especialidad en ingeniería física cuántica en la prestigiosa universidad estadounidense de Harvard, según informó el gobierno michoacano.

Al impartir una conferencia sobre el uso responsable de las redes sociales y la tecnología, Ramírez mostró a la comunidad académica mexicana su gran capacidad intelectual.

Con un coeficiente intelectual de entre 152 y 160, similar al presentado por el del físico alemán Albert Einstein – creador de la Teoría de la Relatividad -, el niño michoacano Luis Roberto Ramírez Álvarez es uno de los tres niños prodigio del país.

Originario del municipio de Zamora, el infante de 11 años de edad cuenta con amplios conocimientos en el mundo de la física.

A los cinco años, Luis Roberto aprendió el inglés y de manera autodidacta los idiomas francés y chino mandarín. En su conferencia, realizó un llamado a los jóvenes para que estudien y logren una satisfacción personal, ya que “así podrán ser alguien en la vida”.

González confía en que algún día creará su propia empresa y venderá sus propios artefactos.

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