Cuatro empresas colombianas habrían reclutado a los presuntos asesinos del presidente de Haití, Jovenel Moïse, reveló ayer el director de la Policía Nacional de Colombia, Jorge Luis Vargas Valencia, y confirmó que al menos 17 ex militares connacionales están presuntamente implicados.
Mathias Pierre, ministro de Elecciones y Relaciones Interpartidos de Haití, pidió a Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas el envío de tropas para proteger sus puertos, aeropuerto y otros sitios estratégicos porque “pensamos que los mercenarios podrían destruir alguna infraestructura para crear caos en el país”.
Asimismo, el Senado de Haití proclamó como presidente interino a Joseph Lambert, ante el vacío institucional que dejó el asesinato de Moïse. En un memorando de entendimiento nacional se expone también que el recientemente nombrado primer ministro interino, Ariel Henry, “deberá liderar el gobierno de acuerdo nacional que se constituirá”.
El primer ministro interino saliente, Claude Joseph, asumió el gobierno con respaldo de la policía y las fuerzas armadas tras el magnicidio hasta que se celebren elecciones en septiembre.
El comando que ultimó a Moïse, de 53 años, la madrugada del miércoles, estaba integrado por 28 personas (26 colombianos y dos haitiano-estadunidenses), informó la Policía Nacional de Haití. La cifra de detenidos en esta intensa cacería subió a 20, 11 de ellos arrestados en la embajada de Taiwán en Puerto Príncipe, mientas seis presuntos implicados están prófugos.
Vargas Valencia explicó en conferencia de prensa que al parecer las cuatro firmas, cuyos nombres no fueron revelados por estar bajo investigación, reclutaron y contrataron a los ex militares para trasladarlos primero a República Dominicana, con destino final a Haití.
En un primer vuelo de Copa Airlines viajaron los ex militares Alejandro Rivera García y Duberney Capador Giraldo a Panamá. La policía señaló que 32 días habrían durado las labores de inteligencia para perpetrar el homicidio.
En otro vuelo de Avianca viajaron a Punta Cana los otros detenidos, identificados como Víctor Alberto Pineda, Manuel Antonio Grosso, Jhon Jairo Ramírez, Jhon Jairo Suárez, Germán Alejandro Rivera García, Maiger Franco Castañeda, Ángel Mario Yarce Sierra, Carlos Giovanny Guerrero, Francisco Eladio Uribe Ochoa y Alejandro Giraldo Zapata. Las autoridades no revelaron el nombre de los otros cuatro detenidos.
Vargas Valencia confirmó que dos de los 17 ex militares perecieron a manos de fuerzas haitianas, las cuales un día antes confirmaron la muerte de tres. Vargas apuntó que los otros 15 “habían pertenecido al ejército nacional” y se desvincularon entre 2018 y 2020.
El presidente colombiano, Iván Duque, anunció el envío a Haití de una misión de inteligencia de la policía y agentes de Interpol para ayudar a esclarecer el asesinato de Moïse, que agravó la crisis política y de seguridad en la nación más pobre de América.
Los casi 60 años de conflicto armado en Colombia han proporcionado un prolífico campo de entrenamiento para los militares. Empresas de seguridad privadas contratan a soldados entrenados en Estados Unidos por su experiencia contra guerrillas y cárteles.
La mayoría de ellos hablan inglés y poseen entrenamiento en armas sofisticadas, inteligencia y operaciones internacionales. Los militares altamente capacitados que terminan sin empleo y pocas oportunidades tras su jubilación son tentados con frecuencia para ejercer su oficio en el extranjero como contratistas privados, desde Yemen hasta Irak.
De acuerdo con otra versión, publicada por la revista Semana, los militares colombianos no serían responsables del magnicidio y supuestamente viajaron con un contrato firmado para prestarle seguridad al amenazado presidente.
Según esta hipótesis, los colombianos habrían auxiliado a Martine (que se recupera en Miami), esposa del mandatario, tras ser baleada por los atacantes. Además, se plantea que los militares llegaron a la casa presidencial después de los hechos.
Jean Mary Exil, embajador de Haití en Colombia, aseguró que las autoridades de su país investigan a la guardia presidencial debido a que entre el personal no hubo heridos ni fallecidos durante el magnicidio, y dijo que teme que los colombianos detenidos puedan ser asesinados por sus contratistas para callarlos.
El juez de paz de Puerto Príncipe, Clément Noël, aseguró al periódico Le Nouvelliste que los haitiano-estadunidenses arrestados (James Solages y Joseph Vincent) le dijeron en una comparecencia que encontraron el trabajo en Internet sólo para arrestar a Moïse, no para matarlo, además de que se desempeñaban sólo como intérpretes de los colombianos, quienes tenían tres meses en la nación.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que está al tanto de los informes de que haitiano-estadunidenses fueron arrestados. La Casa Blanca confirmó que altos funcionarios del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional serán enviados a la nación caribeña “en cuanto sea posible para evaluar la situación y ver cómo podríamos ayudar”.
Ante la grave crisis que enfrenta al país, cientos de haitianos fueron a la embajada estadunidense en Puerto Príncipe en medio de rumores en la radio y las redes sociales de que entregará visas de exilio y humanitarias.
Al menos una persona murió en la comunidad Juana Méndez, al norte de Haití, y varias resultaron heridas en medio de protestas que reclamaban justicia por la muerte del mandatario.
Moïse fue asesinado porque “tenía enemigos” debido a que quería reconstruir la nación y sacarla de prácticas que “un grupo de gente” realiza desde hace 40 años, declaró ayer el embajador Exil.
Asimismo, señaló a la oligarquía de su país de contar con el poder económico para llevar a cabo el magnicidio, en el cual, afirmó, hay complicidad del sistema institucional haitiano y participación de otras nacionalidades, las cuales no precisó.
(Ap, Xinhua, AFP, Reuters y Sputnik)