“La violencia es la forma más primitiva del comportamiento humano y la música la más evolucionada”, dice Pedro Reyes, un músico que fabrica instrumentos musicales a partir de pistolas y ‘cuernos de chivo’ decomisados por el Ejército en Ciudad Juárez.
En el video aparecen cinco músicos que interpretan “Imagina”, de John Lenon, usando una guitarra eléctrica cuyas cuerdas están montadas sobre los cargadores de un kaláshnikov, una flauta transversal hecha con el cañón de un rifle, una batería de restos de escopetas, un salterio con cuatro pistolas como patas. Todo es de metal. Es un espectáculo surrealista o macabro, pero muy armónico. “Imagina que no hay nadie por quien matar o morir”, dice la cantante.
En medio de la violencia en México, el artista Pedro Reyes ha encontrado una fisura a la realidad: hizo de 6 mil 700 armas, kalashnikovs, rifles, escopetas y pistolas tipo escuadra, decomisadas en Ciudad Juárez, una orquesta de más de 70 instrumentos de cuerda, de viento y de percusión, y grabó un disco. También pintó una serie de cuadros surrealistas que a él se le antojan futuristas, como un tanque de guerra cargando un grupo de campanas (un carillón).
“Una de las funciones que tiene el arte es que la ver transformada la materia, también se transforma el espíritu”, habla por teléfono desde Londres.
El martes pasado inauguró en la Lisson Gallery su proyecto Disarm (Desarme) compuesto por la orquesta llamada Imagine, y una instalación con instrumentos musicales automatizados que pueden ser tocados por medio de una computadora. Para esto trabajó con Studio Cocolab, fundado por Alejandro Machorro. Hasta el 4 de mayo, también exhibe las pinturas.
El 27 de marzo, día de la inauguración, presentó el LP que grabado con los músicos Eden Bull, Rupert Clervaux, Dillon Beatrice, Charles Hayward y Gales Ashley, coordinados por John Coxon. “Pedro Reyes está ganando una reputación por sus obras de arte socialmente comprometidas y participativas”, escribió un amplio artículo un periodista del London Evening Standard.
Reyes, quien vive y trabaja en México, ha tenido exposiciones en países como Estados Unidos, Japón o Francia. Ha expuesto en Art Basel de los Ángeles. Dice que Disarm comenzó desde 2007, en Culiacán, Sinaloa. Con apoyo del empresario Agustín Coppel convocó a la ciudadanía a entregar sus armas a cambio de electrodomésticos.
En la que ya para entonces era una de las ciudades más violentas del mundo, se recabaron mil 527 armas, el 40 por ciento de uso exclusivo del Ejército, se fundieron y se hicieron el mismo número de palas. El proyecto se llamó “Palas por pistolas”. Después plantaron mil 527 árboles, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, plantó en Washington uno de ellos.
A partir de eso la Secretaría de la Defensa le dijo a mediados de 2012 si no quería hacer algo, una escultura gigante o más palas, con 6 mil 700 armas que había decomisado de Ciudad Juárez. Reyes dice que pensó como los grandes escultores del pasado o como un alquimista.
“Para los grandes escultores la obra ya está adentro de la piedra y ellos sólo escarban para hallarlas”. Bajo otra mirada, las armas son instrumentos musicales, dice. Incluso ahora, cuando los instrumentos todavía conservan las soldaduras y las formas de lo que antes fueron”, dice,
“El Ejército me mandó las armas cuando ya están cortadas con un soplete, ametralladoras, revólveres, escopetas, lanzagranadas, pero de repente ya no ves las armas ves las notas”.
Reyes estudió arquitectura, así que considera que sus proyectos artísticos deben tener una aplicación concreta. Los instrumentos funcionan. Los resultados pueden verse en internet.
En el caso de Disarm afirma que un proyecto de alquimia y pacifista: “Es convertir un agente de muerte en una agente de vida. Lo que antes te hacía esconderte en tu casa ahora hace te convoca a un concierto público. Hay una transformación en todo esto. En el caso de una persona, significaría liberar el odio o la furia no en las armas sino en la música”.
En la Ciudad de México, Disarm se ha presentó en la Fundación Alumnos 47. Después de Londres. Disarm se presentará en Corea, Turquía y Estados Unidos. En una “utopía realizable”, Pedro Reyes considera que esta transformación alquímica podría aplicarse en todo México, siguiendo el camino de las armas.
Fuente: Reforma y Milenio