Parecía un embotellamiento en la carretera, pero minutos más tarde Andrés González se dio cuenta que estaba frente a uno de los 39 bloqueos que el viernes desataron pánico y horas de incertidumbre entre los habitantes de Jalisco.
Andrés, que pidió cambiar su nombre por su propia seguridad, iba junto con tres amigos de Guadalajara a Sinaloa para asistir a una boda, pero al pasar la primera caseta, en el kilómetro 67, se encontraron con todos los coches parados.
Por la ventanilla, alcanzó a ver un tráiler a unos 200 metros en el sentido opuesto de la carretera y pensó que era un choque, hasta que vio salir llamas.
“Cuando empezó a verse fuego, la gente empezó a caer en pánico y a gritar ‘¡háganse para atrás, háganse para atrás!’, toda la gente quería retroceder con sus carros porque sentían que iba a explotar o algo. Luego nos dimos cuenta que había otro tráiler también en nuestro carril que estaba en llamas. Cuando vi eso dije: esto es un narcobloqueo”, contó en entrevista con CNNMéxico.
“Nos empezamos a asustar porque la gente empezó a retroceder sus vehículos, pero así como lo ves en películas o series, de que la gente está ‘paniqueada’ y no tienen hacia donde irse”.
Eran alrededor de las 10:15 horas. Vieron gente que salía corriendo y gritaba “¡traen pistolas, traen pistolas!”.
Los que estaban hasta adelante les contaron que después de atravesar cuatro tráileres en total, los presuntos delincuentes se bajaron y les avisaron: “corran, porque vamos a prender fuego”. Solo amenazaron a un joven que grababa con su celular, pero tiró el aparato y no le hicieron nada.
“A los dos minutos de que pasó eso de que empezaron a gritar, del lado contrario de la carretera pasaron dos camionetas, una blanca y una negra, sin placas. Lo que me impresionó es que yo esperaba ver, no sé, a alguien grande, y no: se veían unos chavos, ¡de unos 20 años a lo mucho!, y venían muriendo de risa, así como gritando, eufóricos”, narró Andrés.
La gente trataba de comunicarse con sus familias pero había mala recepción en los celulares, y poco a poco se fueron enterando que eran solo uno de los 39 bloqueos que se registraron en total en la entidad.
De acuerdo con testigos, después de una hora llegaron policías que ante la preguntas de si iba a ir el ejército a ayudarlos, les respondieron que no, porque la situación estaba peor en la zona metropolitana de Guadalajara.
Mientras tanto, la gente en los coches se desesperaba sin saber qué hacer, porque no querían quedarse pero tenían miedo de irse por caminos alternos. Fue hasta que unos cinco autos se metieron en caravana por la misma brecha por la que huyeron los agresores, que algunas personas pudieron retirarse del lugar después de tres horas de desconcierto.
En Guadalajara, mejor no salir a la calle
Angélica iba con su familia a visitar a su mamá, desde la zona norte de Zapopan, donde viven, pero apenas habían caminado unas cuadras cuando tuvieron que buscar refugio porque a su lado se desató una balacera.
Iban pasando por el Consejo Municipal del Deporte de Zapopan y vieron una columna de humo cerca de donde hay una gasolinería. Antes de que supieran qué era, la violencia los alcanzó.
“Escuchamos patrullas y disparos, una balacera. Entonces corrimos hacia un estacionamiento grande que estaba a un lado, ahí había un puesto de tacos y el señor nos gritó ‘¡vénganse, agáchense!’, y ahí nos escondimos. Fue el caos”, relató.
Tuvieron que esperar más de media hora y dar un rodeo para volver a su casa, desde cuyo balcón todavía vieron movilización policiaca.
“Ya habían levantado a las personas heridas o muertas… no sé. Pero sí eran policías, de hecho yo creo que hirieron a un policía. Fue una cosa como película, rápido”, señaló Angélica.
También vieron pasar a una grúa con un coche quemado, que fue depositado en un módulo cercano a su casa, y entonces ella y su familia decidieron quedarse encerrados hasta que las autoridades informaran que todo estaba en calma.
La misma decisión tomó Aurelio Aguilar, residente de Jardines de la Paz, hacia Tlaquepaque, después de enterarse de lo que estaba ocurriendo y recordar que hace un año también habían sufrido los llamados narcobloqueos en toda la zona metropolitana.
“Pensaba salir en la tarde, pero ya no. La policía hace rondines por las calles de Guadalajara, pero hay tanto temor que ni siquiera uno quiere asomarse a las calles”, comentó.
Lidia, de Zapopan, se enteró de la violencia cuando ya estaba en el centro de Guadalajara, horas después de los hechos, y entonces entendió por qué todo estaba vacío, a pesar de ser un día festivo.
“De vez en cuando se escucha un helicóptero a lo lejos, pero todo parece tranquilo por aquí. Casi todos los bloqueos fueron en las salidas de la ciudad”, comentó.
“Lo que sí se ve y se escucha mucho es la inconformidad de la gente, hablando de la incapacidad del gobierno y de la inseguridad”.
Había rumores, pero dijeron que eran falsos
Otros dos habitantes de Guadalajara confirmaron que había habido rumores en redes sociales de que un ataque del narco iba a ocurrir. Eduardo señaló que supo de algunas mantas escritas por presuntos miembros del crimen organizado en la ciudad, pero la Fiscalía General del estado dijo que eran rumores falsos.
Paulina recordó que los comentarios empezaron hace unas tres semanas, cuando 15 miembros de la policía única fueron emboscados y asesinados en represalia por el abatimiento de Heriberto Acevedo Cárdenas El Gringo, jefe de una célula del cártel Jalisco Nueva Generación.
“El rumor entonces era justo como lo que pasó hoy, que iban a bloquear salidas de la ciudad que cruzaran con el Periférico. Dijeron que iba a ser ese día, y afortunadamente no pasó nada. Pero el rumor era lo que pasó hoy, y fue muy preciso”, afirmó.
Otros ciudadanos entrevistados manifestaron su preocupación por la situación en el estado. Como Roberto, padre de familia que vive en una localidad colindante con Chapalita.
“Ya formamos parte de esos estados que viven una realidad dramática como Nuevo León, Matamoros, Guerrero o estados vecinos como Aguascalientes, Zacatecas o Durango”, lamentó.
“No sabemos qué va a suceder de aquí a adelante, además de la indefensión que sentimos, porque si incluso mataron a algunos militares, qué podrían hacer con nosotros; si ellos que están preparados no sobreviven, nosotros estamos en una situación más grave”.
Minutos antes de las 19:00 horas del viernes, el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, aseguró que ya todo el estado se encontraba en calma, pero mantendrían reuniones de seguridad durante todo el fin de semana.