El presidente Felipe Calderón engañó al pueblo de México en su guerra contra el crimen organizado, denuncia el ex subprocurador de la PGR y ex fiscal antidrogas, Noé Ramírez Mandujano, unas horas después de haber salido de prisión, publica Reforma. El ex funcionario asegura que la captura de funcionarios en la llamada “Operación Limpieza” -de la que fue el principal inculpado-, en realidad fue una farsa.
“Engañaron al pueblo mexicano, le quisieron hacer creer que realmente se estaba trabajando, que se estaba metiendo a la cárcel a servidores públicos desleales cuando era todo lo contrario. Y no por tratarse de mí, sino por otros servidores públicos que trabajaron mucho por México”, dijo a Reforma.
“Yo lo hice. Yo abandoné a mi familia por trabajar por México. Solamente pensaba en mi trabajo, entraba temprano, salía tarde y con eso me pagaron, ese fue mi premio: irme a la cárcel porque un testigo protegido dijo que yo había recibido dinero”, señala en entrevista con Reforma.
El ex subprocurador Especializado en Investigación de Delincuencia Organizada, liberado el pasado lunes luego de que un juez sentenció que le fabricaron la acusación de proteger a los Beltrán Leyva, dice haber sido involucrado en la “Operación Limpieza” por cálculos de política internacional y por una perversión de la justicia.
De acuerdo con Reforma, recuerda que los indiciados en esta redada del 2008, fueron detenidos en el contexto de la presión que tenía México para cumplir con los compromisos asumidos en la Iniciativa Mérida, a fin de llevar a la cárcel a funcionarios acusados de corrupción y narcotráfico.
Al mismo tiempo, sostiene que dicha circunstancia se empalmó con lo que llama una perversión de la justicia y falta de ética de personas como la ex Procuradora Marisela Morales.
La ex funcionaria le achaca haber dado validez a las declaraciones de “Jennifer” y “Felipe”, los testigos protegidos estelares de la Operación Limpieza que los jueces han calificado de mentirosos.
En el sexenio pasado, señala, florecieron los testigos protegidos y la SEIDO dejó de investigar para encomendar sus indagatorias a los delincuentes colaboradores, además de que se otorgaron en forma inescrupulosa e ilegal estos beneficios con fines claramente políticos. “(Marisela Morales) no tiene ética profesional”, señala, de acuerdo con Reforma.