Por Juan Pablo Proal
“Señor presidente:
Le deseamos a usted y a su familia mucho éxito en todo lo que emprenda.
Nuevamente, agradecemos su compromiso por el país.
Usted deja un México mejor que será reconocido por todos los mexicanos”: Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Felipe Calderón deja la presidencia de la República y, con su partida, se repite el Déjà vu sexenal: hizo lo mejor que pudo, aunque aún hay muchos retos por delante.
Me ha impulsado siempre un profundo amor a México. Servir a la patria es el más grande honor que puede tener un mexicano; y servirla en momentos de dificultad, como los que nos ha tocado vivir, es un doble honor. Termina esta tarea, pero no termina mi compromiso”: Felipe Calderón, sexto informe de gobierno.
Con la lengua tapizada de nostalgia, Calderón se despide pronunciando melosos discursos de añoranza. En cada uno aprovecha para salpicar de cifras, datos y estadísticas para convencernos de cómo México es mucho mejor gracias a su valiente y oportuna intervención.
“En todo momento he dado lo mejor de mí. En estos seis años México ha cambiado. Los mexicanos estamos cambiando a México y México nos ha cambiado”. Vicente Fox, sexto informe de gobierno
Hace seis años estábamos muy mal, pero ahora hay claras muestras de que vamos en la dirección correcta, reza el máximo lugar común de cada final del sexenio. ¿Pruebas? Una lista diarreica: la construcción del tramo B de la carretera A-Z, la edificación de infinitos hospitales regionales, la ampliación del tercer nivel del puente Y de la autopista X, la reducción del 1.2 por ciento del indicador… El presidente Calderón lo sabe explicar mejor:
“Pasamos en esta administración, óiganlo, amigos, de 17 millones de contribuyentes a 36 millones de contribuyentes, más del doble de lo que había hace seis años, por un Sistema de Administración Tributaria mucho más eficiente. Aumentamos, desde luego, la recaudación este año, está volviendo a aumentar y qué bueno.
“Muy probablemente, no me han dado las cifras de este mes de octubre, que está terminando el día de hoy, pero, igual, vamos a rebasar los 800 mil nuevos empleos formales netos entre enero y octubre nada más.
“Se dice fácil, pero entre infraestructura y, sobre todo, equipamiento, que son varias veces el costo de la infraestructura, se han invertido en esta Administración, 31 mil millones de pesos en la modernización de las aduanas del país”.
El PAN sufrió su peor caída electoral en la época reciente, al grado tal que su candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, quedó relegada al tercer lugar de las preferencias. A pesar de este indicador contundente del rechazo de la población al sexenio saliente, para Calderón no hay duda: su administración fue gloriosa.
“Y nunca debe olvidarse que esta casa nuestra, esta patria, México, no sólo tiene una gran historia, sino que promete un gran futuro. Por esa historia que es de todos y por ese gran futuro que merecen nuestros hijos, confío en que los mexicanos seguiremos trabajando unidos y con ahínco”: Ernesto Zedillo, sexto informe de gobierno.
Los columnistas zalameros, los mismos que jamás se atrevieron a cuestionar la guerra de Calderón, ya olvidaron al rey muerto. Ahora las loas son para el próximo emperador, a quien le ven tantos atributos como una dosis múltiple de vitamina B.
En tanto, el rey destronado se alista a descansar en su paradisíaca jubilación presidencial: guardias personales, jugosos bonos mensuales, súbito arribo al mundo de la academia internacional, conferencias, viajes, estatuas y homenajes.
“Me llevo como la más preciada de mis recompensas la cálida memoria del contacto cercano con mis compatriotas. Nada se compara con la cercanía del pueblo”: Carlos Salinas de Gortari, sexto informe de gobierno.
Los benefactores del sistema se despiden de Calderón deseándole “éxito en sus proyectos futuros”; recuerdan su sexenio con la falsa memoria de un corazón despechado. En tanto, el país permanece con sus heridas abiertas y convalecientes: el museo del horror como desayuno, el toque de queda como forma natural de convivencia, madres agotadas de buscar a sus hijos desaparecidos por los efectos del“daño colateral”, jóvenes desesperados por soñar el futuro y la infinita permanencia del binomio hambre-ignorancia.
El rey ha muerto, viva el rey.
Twitter: @juanpabloproal
Fuente: www.juanpabloproal.com