Por Víctor M. Quintana S.
Desafortunadamente hubo muchos que le creyeron. Pasaron sobre los antes dudosos y ahora evidentes excesos en los topes de gastos de campaña. Juzgaron exageraciones las tarjetas de Monex y Soriana. Luego se dejaron apantallar por la firma del Pacto por México y por la andanada reformista. Quince meses y veintitantos días después no son pocos los que se dicen defraudados, cuando no traicionados.
Los primeros fueron los propios partidos signatarios del Pacto decembrino. Los chuchos del PRD, singulares representantes de la nueva real politik, muy a su pesar, tuvieron que aceptar que la reforma constitucional en materia energética los dejaba muy mal parados ante la mayoría de sus bases y algunos dirigentes, como Cuauhtémoc Cárdenas, ya anunciaron su retirada del acuerdo. Los del PAN no llegaron a tanto, a pesar de las certeras advertencias del senador Javier Corral, y sin dejar el Pacto, que mucho les reporta a sus cúpulas, criticaron duramente la reforma fiscal. Ahora, al momento de votar todo el paquete de leyes secundarias, sobre todo en materia energética y en telecomunicaciones, es muy claro que las buenas intenciones del pacto y los inacabables dichos de la propaganda peñanietista sobre sus reformas, se van a quedar muy rabones, si no es que se contradicen totalmente.
Por ejemplo, en el caso de las telecomunicaciones, el duopolio televisivo ha vuelto por las suyas…y las suyas son muchas y pesadas. En los proyectos que ya circulan en el Congreso, señalan, tanto el senador Corral, como la diputada Purificación Carpinteyro, del PRD, que se limitan las facultades otorgadas en la reforma constitucional al IFETEL, que es el órgano regulador. Dos son las facultades torales que ahora se pasan a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y a la de Gobernación: la del otorgamiento de concesiones y la vigilancia de contenidos de radio y televisión. Además, se restablece el mecanismo de subasta para el otorgamiento de concesiones de frecuencias de radio y televisión, mecanismo que ya había sido eliminado por la Suprema Corte de Justicia. Señalan los especialistas que de esta manera se revive la Ley Televisa a la que se pensaba se le había clavado una estaca en el corazón.
Y así puede ser en las leyes secundarias de la reforma energética. Ya se observa la obsequiosidad con lo que no es suyo de los legisladores priístas, de la mayoría de los blanquiazules y de no pocos perredistas. No sería extraño que dejaran de prohibir la peligrosísima, contaminante y poco rentable –para la Nación, no para las empresas subcontratadas– extracción de gas Shale mediante el proceso de fragmentación hidráulica (fracking, en inglés). Al terminar el actual período de sesiones del Congreso de la Unión, las mayorías automáticas en las cámaras Alta y Baja habrán consumado una traición a México, que ni Su Alteza Serenísima hubiera imaginado.
Traición no sólo en San Lázaro y en Reforma, también en Michoacán. Basta preguntarles a los líderes de las autodefensas de aquel estado. Cuando el Gobierno federal los necesitó para limpiar la Tierra Caliente de templarios y demás especímenes delincuenciales, se fotografió con ellos, los invitó a reuniones, los hizo colaborar en operativos contra los sicarios… pero en la medida en que las autodefensas no han aceptado entregar las armas ni someterse a las condiciones del comisionado Castillo, el Gobierno federal ha comenzado a exhibir el historial delictivo de algunos de sus dirigentes –del que siempre ha estado enterado–, y ha encarcelado ya a Hipólito Mora, uno de los líderes más importantes de este grupo armado. No sería extraño luego que, poco a poco se fueran asesinando selectivamente a figuras significativas de este movimiento armado. Por eso cada vez es más frecuente que los integrantes de las autodefensas manejen el término “traición” en sus declaraciones.
Pero la peor traición es a los trabajadores. Con la aprobación de la Ley de Pensión Universal y Seguro de Desempleo, Peña Nieto, el PRI, los verdes y una parte del PRD consuman otro atraco más. En primer lugar, no tienen por qué estar en la misma ley dos políticas tan diferentes como son la Pensión Universal y el Seguro de Desempleo. Si así lo impusieron es para que el exiguo apoyo que implica la primera, haga olvidar el atropello del segundo. La iniciativa aprobada el martes 18 aprueba restar tres por ciento del aporte patronal de 5 por ciento que se destina a la subcuenta de vivienda para los trabajadores. Esto, en primer lugar reduce significativamente las posibilidades de los trabajadores que perciben hasta cuatro salarios mínimos para contraer un crédito de vivienda, o los obliga a contratar un crédito adicional con la banca privada; además, disminuye también los recursos del Infonavit. Este análisis lo expuso contundentemente la diputada de origen chihuahuense, Luisa María Alcalde, de Morena, en una tribuna tomada por burlonas y sumisas diputadas tricolores, defensoras incondicionales del atraco peñanietista a sus representados.
Y eso que apenas van quince meses del gobierno de Peña Nieto… ¿cuántas traiciones podrán caber en seis años?