El gobierno de Colombia y el grupo rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron el miércoles en esta capital el inicio formal de un proceso de paz.
El anuncio fue hecho desde la sede de la cancillería venezolana en Caracas por Frank Pearl, jefe de la delegación del gobierno colombiano y el jefe rebelde “Antonio García”, cuyo verdadero nombre es Herlington Chamorro.
Las partes, “como resultado de los diálogos exploratorios confidenciales, y dada su disposición manifiesta de paz, han convenido instalar una mesa pública de conversaciones para abordar los puntos que se establecen en la agenda, con el fin de suscribir un acuerdo final para terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”, según un documento leído por Pearl y García.
Pearl dijo que la mesa de conversación pública se instalará en Ecuador, pero que habrá sesiones en Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, países que junto a Noruega serán los garantes del proceso de paz.
El anuncio del inicio del proceso se realizó cerca del mediodía de Caracas en uno de los grandes salones del histórico edificio de la cancillería, en medio de gran protocolo y sobriedad, y donde no hubo declaraciones a la prensa y sólo los dos jefes de las delegaciones leyeron los términos del acuerdo.
Tras la firma del convenio los representantes del ELN, vestidos con camisas rojas, compartieron algunos apretones de mano con los miembros de la delegación del gobierno.
Minutos después, Santos aseguró que el proceso de paz con el ELN y las FARC es muy distinto, pero que el fin del conflicto en Colombia “es solo uno”. En una alocución televisada al país, el mandatario advirtió que al igual que con las FARC, el proceso con el ELN el gobierno tiene unas “líneas rojas muy claras que no hemos traspasado ni vamos a traspasar ni un solo milímetro”.
Por ejemplo, en su concepto no son temas de discusión con las guerrillas ni los modelos económicos y políticos del país, ni el régimen de propiedad privada, ni asuntos relacionados con la doctrina militar y la fuerza pública.
“Si alcanzamos la paz, terminarán las guerrillas en Colombia y, por lo tanto, en América Latina. Será el fin de las guerrillas, y podremos concentrarnos todos en hacer de nuestro país desde la democracia la nación libre, normal, moderna, justa e incluyente que podemos y debemos ser”, dijo el jefe de Estado.
La agenda de conversaciones entre las partes gravitará sobre la participación de la sociedad colombiana en la construcción de la paz, la discusión de una “democracia para la paz”, las transformaciones que se requerirán para “superar la pobreza, la exclusión social, la corrupción, la degradación ambiental” y la búsqueda de equidad, las víctimas del conflicto, el fin del mismo y la implementación de lo acordado.
Sobre el fin de las hostilidades, las delegaciones estudiarán las condiciones y garantías de seguridad para el ELN y también las garantías para su participación en política de sus rebeldes en el evento de que se selle la paz.
Cada delegación podrá estar integrada hasta por 30 representantes, pero en la mesa de negociación sólo podrán participar hasta cinco delegados.
Como condición para iniciar el proceso formal de negociación, el gobierno colombiano le había exigido al ELN la liberación de dos personas que tenía en su poder: el militar Jair de Jesús Villar y el civil Ramón José Cabrales, quienes finalmente fueron liberados en días pasados.
En junio de 2014, la administración de Santos y el ELN habían revelado que se encontraban en la fase exploratoria para eventualmente dar inicio a un proceso formal de negociación. Dicha fase, según Pearl y García, se desarrolló entre enero de 2014 y marzo de 2016 en Brasil, Ecuador y Venezuela.
Varios gobiernos colombianos habían intentado sin éxito iniciar procesos de paz con esta guerrilla.
Según cifras oficiales el ELN, único grupo guerrillero actualmente alzado en armas, tiene en sus filas a unos 1.500 combatientes y surgió en 1965 en el departamento de Santander, al noreste del país, cuando insurgentes inspirados en el éxito de la revolución cubana se tomaron la población de Simacota.
Sus fundadores fueron los hermanos Fabio y Antonio Vásquez Castaño; Pedro Gordillo, alias “Capitán Parmenio”, y Nicolás Rodríguez Bautista, alias “Gabino”, quien actualmente es su máximo comandante.
Desde entonces, fijaron su fortaleza en el noreste del país, aunque también hacen presencia en otras zonas de Colombia. Los rebeldes se han opuesto a la explotación del petróleo por parte de empresas extranjeras por lo que el ELN atenta constantemente contra la infraestructura petrolera colombiana.
El guerrillero más importante y emblemático en la historia de esa guerrilla ha sido Camilo Torres Restrepo, un sacerdote católico que tomó las armas y que murió a manos de las fuerzas del orden en 1966.
Recientemente Santos ordenó a las autoridades buscar los restos óseos de Torres pues desde que hace 50 años perdió la vida en combate se desconoce el sitio exacto donde fueron inhumados.
El director del estatal Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, dijo el miércoles a The Associated Press que aún no hay certeza de que una osamenta que fue inhumada hace dos meses en el noreste colombiano corresponda a los restos de Torres.
“El ELN es una guerrilla histórica que surgió al calor de la revolución cubana y del auge de la lucha armada en América Latina, pero en el caso colombiano tiene estrecha relación con las causas del conflicto” armado, comentó a la AP el periodista Carlos Lozano, director del semanario Voz, del Partido Comunista Colombiano.
En concepto de Lozano, “la paz en Colombia tiene que ser integral… Hay que incluir a todas las guerrillas (porque) cada una tiene sus propias características e incluso su propio origen. (Si no es así), es muy difícil resolver el tema de la paz total”.
El senador colombiano Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, comentó vía telefónica el miércoles que “es un gran día para la paz de Colombia porque ya podemos hablar no solamente de paz estable y duradera sino de paz completa, estable y duradera” en relación a que en Colombia ya hay procesos de paz formales con las FARC y el ELN.
El arzobispo de la ciudad de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, calificó de fundamental el inicio del proceso de paz con el ELN “para consolidar lo que se ha venido construyendo en La Habana”, es decir, las negociaciones entre el gobierno y las FARC.
“Esperemos que todo salga bien”, enfatizó el religioso.
Pero la senadora Paloma Valencia, del opositor movimiento político Centro Democrático, que critica las negociaciones con las guerrillas, expresó su desacuerdo con la noticia proveniente de Caracas y a través de Twitter observó que “el gobierno (de Santos) instala mesa de negociación como premio a la violencia del ELN. Da vergüenza con las víctimas y dolor por Colombia”.
Desde fines del 2012 el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) adelantan en la capital cubana un proceso de paz para tratar de poner fin a más de 50 años de confrontaciones entre las partes.