Genaro hablando y muchos temblando

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Por Salvador García Soto

La negociación que inició Genaro García Luna con el gobierno de los Estados Unidos lo llevará, de concretarse un acuerdo con la Fiscalía que lo acusa, a entregar información detallada de las operaciones del narcotráfico y de la narcopolítica en México.

Para obtener el beneficio de una reducción de pena, el exsecretario de Seguridad Pública que tuvo un papel central en la estrategia antinarco de los últimos tres sexenios, deberá revelar datos, fechas, operaciones y sobre todo nombres de personajes de alto nivel en la política mexicana que hayan participado de acciones de corrupción o protección a los cárteles de la droga en los gobiernos para los que colaboró.

Y ahí es donde la situación se pondrá delicada para al menos tres expresidentes de la República con los que colaboró García Luna, ya sea como funcionario directo o como asesor externo: Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, junto con integrantes clave de sus gabinetes en el área de seguridad, están en este momento bajo la lupa de la justicia estadounidense y, al menos dos de ellos, Calderón y Peña Nieto, ya deben tener abiertos en este momento expedientes de investigación y seguimiento de sus movimientos financieros por parte de autoridades estadounidenses, pues ambos fueron mencionados directamente por testigos en el juicio contra “El Chapo” Guzmán —al igual que Genaro— por haber recibido, en sus administraciones, sobornos millonarios del Cártel del Pacífico a cambio de protección.

Esa sola mención hace que se activen, para el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el inicio de protocolos y carpetas de investigación sobre personajes que son mencionados directamente en un juicio. Si a García Luna comenzaron a investigarlo hace más de un año, justo cuando su nombre fue mencionado por Jesús “El Rey” Zambada y Vicente Zambada Niebla, es casi seguro que también a los expresidentes mexicanos les haya abierto expedientes desde que sus nombres fueron señalados por los mismos testigos. Es decir, que en este momento ni Felipe Calderón ni Enrique Peña Nieto podrían entrar a territorio de los Estados Unidos, sin exponerse a una detención o una acción judicial en su contra.

Es esa situación lo que explica el silencio repentino de los dos exmandatarios. Tal vez los expresidentes no sean los únicos preocupados y temerosos de lo que pueda resultar del inicio oficial de un intento de negociación entre García Luna y la Fiscalía, pero sus nombres son sin duda los más llamativos y los que más escándalo desatarían a nivel nacional e internacional si es que llegan a ser llamados a un interrogatorio en un posible juicio o si se hace pública una investigación oficial de la justicia estadounidense en su contra.

Eso no quita que haya muchos otros que deben estar muy pendientes y angustiados por lo que pueda “cantar” el poderoso exsecretario de Seguridad, desde excolaboradores cercanos suyos, subsecretarios y comisionados, hasta exsecretarios de Estado, exgobernadores y uno que otro general o almirante de las fuerzas armadas que podría ser mencionado por García Luna.

No pasará mucho tiempo para que sepamos si hay o no un arreglo entre la Justicia de los Estados Unidos y Genaro García Luna, ni tampoco para que los efectos de algún tipo de acuerdo comiencen a verse reflejados en investigaciones y expedientes en contra de figuras centrales y del más alto nivel político de los últimos 18 años.

Todo es cuestión de ver en qué tono y con qué intensidad canta García Luna y con qué intensidad sus notas sacudirán el escenario de la narcopolítica mexicana… Los dados mandan Serpiente. La primera del 2020.

Fuente: El Universal

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