Hijas de una madre desaparecida hace cuatro años en Chihuahua a manos de elementos militares viven exiliadas en Estados Unidos y tramitan su asilo político
Por Julián Aguilar/ The Texas Tribune
Mitzi y Nitza Alvarado Espinoza se visten de color distinto en las ruedas de prensa, explica su abogado, para que la gente pueda distinguirlas cuando hablan sobre su madre desaparecida y el grupo que formaron con el propósito de ayudar a otras personas que se encuentren en su situación. Las Alvarado, de 18 años, son gemelas idénticas.
Al parecer las hermanas lo comparten todo, incluso los cuatro años de desesperación desde que los soldados mexicanos levantaron a su madre, Nitza Paola Alvarado Espinoza, en el estado de Chihuahua.
Temiendo por su propia seguridad, las hermanas abandonaron México junto con su hermana Deisy, de 15 años, y ahora viven aquí como exiliadas.
Mientras tramitan su residencia permanente, se aferran a la esperanza de que se reunirán con su madre. Asimismo están embarcándose en un proyecto destinado a consolar y asesorar a personas que hayan pasado por pesadillas similares.
En diciembre del 2009, efectivos militares mexicanos detuvieron a la madre de las gemelas y al primo de ésta, José Angel Alvarado, en el pequeño poblado de San Buenaventura, Chihuahua, ubicado aproximadamente a 270 kilómetros (170 millas) al sur de Ciudad Juárez.
Ese mismo día otra prima, Rocío Irene Alvarado Reyes, fue privada de su libertad en otro incidente. La familia dice no haber recibido explicación alguna sobre el porqué se levantó a los tres y cuenta con pocos datos acerca del caso.
“Nunca hubo orden oficial. Nada más dijeron que debían ser detenidos y que iban a detenerlos”, dijo Nitza Alvarado. Pero después hubo un indicio de esperanza, añadió.
“Ella llamó a los tres meses, el 3 de febrero del 2010, desde un penal en la Ciudad de México”.
Ante la pregunta de qué les dijo, Mitzi Alvarado señaló, “que estaba viva”.
‘Leyes en el limbo’
Han pasado más de tres años desde que las gemelas tuvieron noticias sobre su madre. Pero no han perdido la esperanza de reencontrarse.
Amnistía Internacional ha llamado la atención sobre la situación de las hermanas, mientras que la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos decidió atraer el caso.
El tribunal podría determinar en base a su autoridad oficial que el gobierno mexicano es culpable de participar en violaciones a los derechos humanos, dijo Lucha Castro, la abogada de la familia en México que trabaja en Chihuahua en el Centro para los Derechos Humanos de la Mujer.
Desde que a partir del 2006 el presidente Felipe Calderón destacamentó unidades para ayudar a combatir al crimen organizado se han presentado cientos de querellas contra el ejército mexicano.
Pero por lo regular las demandas tienen pocos resultados.
Al principio las fuerzas militares dijeron que arraigaron a la familia durante una redada en busca de sospechosos de ser delincuentes, pero posteriormente el Ejército negó tener bajo custodia a los Alvarado, de acuerdo a Amnistía Internacional.
Según solicitud interpuesta ante la Corte Interamericana, la familia sostiene que a pesar de haber presentado varias demandas ante las autoridades locales y nacionales, no ha recibido información adicional en torno al paradero, la salud o el estado legal de sus parientes.
Castro dijo que el caso representa un ejemplo de la falta de estado de derecho imperante en México.
Carlos Spector, el abogado inmigratorio paseño que representa a las hermanas, señaló que el tribunal internacional podría tardar años en emitir un fallo pero agregó que el hecho de que hubiera atraído el caso constituía buena señal para sus clientes.
La decisión fue también lo que motivó que huyeran finalmente de México, donde dijo que permanecieron y hasta este verano siguieron presionando a las autoridades mexicanas.
“Cuando eso salió en los periódicos en agosto de este año, los soldados volvieron a perseguirlas”, explicó.
“Con toda la atención internacional que generaron, simplemente no hay forma de que se sientan seguras. Y fue cuando corrieron para acá”.
María de Jesús Alvarado, tía de las jóvenes, abandonó Chihuahua con ellas rumbo al estado de Sonora antes de huir hacia Texas. Pero allá la atención fue la misma. A diferencia de sus sobrinas, ella sólo dispone de una opción: pedir asilo.
“Los soldados están por todas partes”, dijo la tía.
Spector, quien representa a cientos de familias que buscan refugio en la localidad a través del asilo político, está intentando una táctica distinta al ayudar a que las hermanas obtengan su residencia permanente.
Solicitud especial para menores solos
Las Alvarado aún se encuentran en el trámite de deportación, indicó Spector. Pero abogados adscritos a los servicios para migrantes y refugiados que ofrece la Diócesis Católica de El Paso han presentado una solicitud inmigratoria especial para menores no acompañados por adultos. Pudieron recurrir a dicho recurso debido a que la tía de las hermanas había solicitado la custodia temporal.
“Aún están tramitando la deportación, por lo que presentamos lo que se conoce como una petición especial de inmigración para menores sin compañía”, dijo.
Lo pudieron hacer debido a que su tía pidió la custodia temporal de las menores.
“En base a ello, podríamos conseguirles la residencia de una manera más acelerada”, dijo Spector.
Las tres hermanas están inscritas en una escuela pública; las gemelas están cursando el segundo año de preparatoria, mientras que Deisy es alumna de primer año.
El idioma es el obstáculo más grande, según dicen, pero están aprendiendo. Ellas saben que quieren estudiar leyes, y sus ojos brillan cuando anuncian a dónde quieren mudarse después de terminar la preparatoria: Austin.
Crearon Hijos de Desaparecidos
Por el momento, las jóvenes han formado un grupo, Hijos de Desaparecidos, con el cual esperan resolver su apuro, pero también quieren actuar como grupo de apoyo para personas que están en la misma situación.
El grupo es parte de Mexicanos en Exilio, el cual Spector ayudó a fundar en el 2008.
“No sólo se trata de que se haya perdido un padre o una madre, sino también un tío, un primo a cualquier otro familiar”, según dijo Nitza Alvarado.
“Cuando nuestra mamá desapareció, nosotras teníamos 14 años, y mi hermana tenía 11. Al principio no recibimos ningún tipo de asesoría”.
Las gemelas dicen que se sorprendieron por el gran número de personas que han conocido en la preparatoria que han perdido a parientes en Chihuahua.
En una reciente sesión pública, Spector dijo que varios participantes habían admitido haber sido afectados personalmente por la violencia que se vive al otro lado del Río Bravo.
“Pero no se abordan las crisis de urgencia”, dijo Spector. “Si no van a la escuela, es porque están pensando en su mamá. Es un problema muy común.”
Mientras estuvieron en la Ciudad de México, las hermanas conocieron a miembros del grupo Hijos México, el cual se formó por una causa similar, para hacer hincapié en la difícil situación de las familias mexicanas cuyos parientes han sido asesinados o han desaparecido.
Las Alvarado buscaron el apoyo y la asesoría de dicho grupo. Pero debido a que las hermanas vivían en Chihuahua y el otro grupo estaba en la Ciudad de México, ellas decidieron formar un grupo enfocado a Chihuahua y la frontera.
En el 2011, antes de que formaran el grupo, las hermanas viajaron a la Ciudad de México para asistir a un evento y hablar sobre la violencia en México. Iban en representación de los desaparecidos de Chihuahua.
“Nos hicieron preguntas muy tontas que nosotras no sabíamos cómo responder, aun menos debido a que era la primera vez que participábamos en algo así”, dijo Nitza Alvarado.
“Preguntas como qué regalo le daríamos a nuestra madre si la viéramos otra vez, o qué estaríamos haciendo si ella estuviera aquí. ¿Cómo íbamos a pensar en esas cosas cuando ella no estaba con nosotras?”.
Al igual que otros que tuvieron que salir de México por motivos ajenos a su voluntad, ellas tienen dudas sobre si algún día regresarán.
“Nos asusta mucho tener que volver”, dijo Mitzi Alvarado.
Fuente: The Texas Tribune vía El Diario