Gasolinazos ponen en evidencia contradicciones de Hacienda

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Las explicaciones de la Secretaría de Hacienda sobre los ajustes a los precios de las gasolinas no convencen. Si bien la dependencia anunció una ligera reducción en los precios que regirán del sábado 18 al martes 21, todo indica que el mercado será olímpicamente ignorado y el gobierno seguirá metiendo las manos en la determinación de los precios de los combustibles, y, peor aún, ocupará recursos públicos para subsidiarlos, pese a que el secretario José Antonio Meade ha dicho que mantenerlos artificialmente bajos no tiene sentido.

Por Carlos Acosta Córdova/ Proceso

Al final, el gobierno federal se atoró en su propósito de no meter ya las manos en los precios de las gasolinas y dejar que sea el mercado el que preponderantemente incida, primero, sobre esos precios, y luego los determine libremente.

No sólo dejó intocados durante 48 días los precios máximos que fijó el 1 de enero, ignorando el mercado, sino que a partir del sábado 18 y hasta el martes 21 los combustibles costarán… dos centavos menos cada litro. Y eso ya va contra el mercado, pues en esos 48 días por supuesto que se movieron mucho –para arriba y para abajo– el tipo de cambio y los precios internacionales del crudo y de las gasolinas.

A partir del sábado 18, el precio máximo promedio del litro de Magna pasó de 15.99 a 15.97 pesos por litro; el de la Premium, de 17.79 a 17.77, y el del dísel, de 17.05 a 17.03.

Falsa pretensión de generosidad gubernamental. Al llenar su tanque de 40 litros, el consumidor tendrá un ahorro “magnífico” de 80 centavos, cualquiera sea el combustible de su preferencia (o de sus posibilidades), o de un peso con 20 centavos si el tanque es de 60 litros.

Pero esos precios sólo durarán sábado, domingo y lunes, pues el martes 21 entrarán en vigor los nuevos precios, que se anunciarán por la tarde del lunes 20, según el comunicado emitido por la Secretaría de Hacienda el viernes 17, mañosamente muy tarde y en términos deliberadamente confusos.

Porque inicialmente dice el comunicado –y así lo titula– que a partir del sábado 18 los precios máximos de los combustibles se determinarán de manera diaria. Pero luego informa que el martes 21 se fijarán nuevos precios, aunque se cuida de no mencionar cuántos días estarán en vigor o si sólo regirán ese día.

Y luego señala que los precios que se fijen el sábado 18 aplicarán también para el domingo 19 y el lunes 20. Entonces quedó en entredicho la determinación diaria –cada 24 horas– de los precios de los combustibles, como se estableció en el calendario oficial desde el 27 de diciembre.

Los impuestos a gasolineros

La generosidad para los gasolineros, en cambio, no fue simulada. También en la tarde del viernes 17, en una edición vespertina del Diario Oficial de la Federación (DOF), se da cuenta de una disminución en el tamaño de los estímulos fiscales, a cuenta del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, y asimismo un alza marginal en las cuotas reducidas que deben pagar los gasolineros, ya sea que sólo vendan combustibles o que también los importen.

Cuando el gobierno decidió mantener sin cambios los precios de las gasolinas y el dísel cuando correspondía según el cronograma oficial, el sábado 4 Hacienda determinó montos de estímulos fiscales y cuotas reducidas para los gasolineros.

Por un litro de gasolina Magna, la estación de servicio, sus dueños, pagarían 2.53 pesos, con vigencia hasta el sábado 11; ahora pagan, desde el sábado 18 y hasta el viernes 24, casi 3 pesos por litro de Magna.

En el caso de la Premium, pagaban 3.48 pesos y desde el sábado 18, 3.55 pesos por litro. Por un litro de dísel pagaban 3.13 pesos y ahora, y hasta el viernes de esta semana, 3.27 pesos por litro.

Aumentos mínimos de 47, siete y 14 centavos, respectivamente, para la Magna, Premium y el dísel.

De acuerdo con las tablas del DOF, el monto del estímulo fiscal pasó de 1.77 pesos a 1.31 pesos por litro de Magna; en la Premium, de casi 16 centavos, el estímulo pasó a nueve, y de 1.60 pesos a 1.46 en el dísel.

En términos porcentuales, el estímulo fiscal para los gasolineros bajó de 41.23 a 30.35% por litro de Magna; de 4.31 a 2.47% por litro de Premium y de 33.85 a 30.87% por cada litro de dísel.

Cierto, hubo una reducción en el monto de los estímulos fiscales para los gasolineros. Pero lo que ellos se seguirán ahorrando no se compara con el presunto ahorro de los consumidores.

Mientras éstos desembolsarán dos centavos menos por litro de combustible –80 centavos por un tanque de 40 litros o un peso con 20 si el tanque es de 60 litros–, poco menos de 0.13%, los gasolineros, si bien pagarán un monto muy marginalmente mayor de lo que venían pagando hasta el viernes 17, seguirán beneficiándose de un ahorro mucho mayor si se compara con la cuota original, la que dicta la Ley del Impuesto Sobre Producción y Servicios.

Así, por cada litro de Magna se ahorran casi 1.17 pesos o casi 47 pesos por un tanque de 40 litros. Pagarán tres centavos más por un litro de Premium, o un peso con 20 centavos. Pero 1.31 pesos menos por cada litro de dísel, o 52.40 pesos en un tanque de 40 litros.

Pero no sólo seguirán teniendo un ahorro más sustancial que el que tendrán los consumidores, sino que el gobierno les garantiza que sus ganancias quedarán intocadas.

El comunicado de Hacienda, del viernes 17, así lo dejó asentado: “Los márgenes de comercialización de las estaciones de servicio no tendrán modificaciones”.

Es decir, el gobierno –a costa de los contribuyentes– hará lo que sea para que los gasolineros sigan teniendo elevados márgenes de ganancia, así serán menores los estímulos fiscales que se les dan.

Promesas a los consumidores

Y para los consumidores, también en su comunicado, Hacienda promete que “en todo momento, el gobierno federal buscará mitigar las fluctuaciones excesivas (de los precios)”.

Es decir, el mercado será olímpicamente ignorado, y el gobierno seguirá metiendo las manos en la determinación de los precios de los combustibles… ocupando recursos públicos para subsidiar las gasolinas.

Lo que es una contradicción frontal con el discurso oficial previo, y atosigante, tanto del secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, y del propio presidente Enrique Peña Nieto.

Parte neurálgica de ese discurso, con el que se trataba de convencer –más bien asustar– a la población, era que si no se aumentaban los precios de las gasolinas se tendrían que usar 200 mil millones de pesos del presupuesto, y que éste estaba tan acotado que no habría más remedio que recortar programas sociales.

Que, además, era difícil e inconveniente administrar un precio como el de la gasolina, toda vez que en el país se consumen 190 millones de litros al día, y sobre todo que México es el cuarto consumidor per cápita de gasolinas en el mundo.

Así lo dijo una y otra vez el secretario Meade en radio y televisión.

Por lo demás, en un comunicado del viernes 17, Hacienda justificó sus nuevas medidas respecto de los precios de las gasolinas. “En todo momento, el gobierno federal buscará mitigar las fluctuaciones excesivas”, dice

Habrá que ver a qué costo.

Fuente: Proceso

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