Garantizar la seguridad alimentaria

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Por Queralt Castillo Cerezuela*

La seguridad alimentaria, esencial para asegurar la buena salud de las comunidades de los países empobrecidos, se ha convertido en un problema de alcance mundial.  Suministrar la cantidad necesaria de alimentos y garantizar su calidad y acceso es esencial en las políticas de cooperación al desarrollo. Esta prioridad se ha visto relegada a un segundo plano y se ha producido un aumento considerable de las personas que pasan hambre en el mundo.

El impacto de la crisis de los precios de los alimentos durante 2007 y 2008 y la crisis financiera que azota al mundo desde 2009 han empeorado la situación.  Algunos de los productos que más han incrementado su precio son el aceite, el azúcar, el trigo o el maíz, son de primera necesidad y con grandes índices de consumo. Actualmente, se habla de mil millones de personas que pasan hambre en el mundo, sobre todo en el continente africano, una sexta parte de la humanidad. La agricultura, eje de desarrollo social y económico de los países del sur sociológico sigue constituyendo una actividad fundamental en muchas comunidades empobrecidas. Se considera a este sector un pilar esencial en la lucha contra la pobreza.

El concepto de seguridad alimentaria no sólo tiene que ver con el acceso a los alimentos, sino que también contempla el acceso a alimentos de calidad que conformen una dieta equilibrada y sana y con el acceso y el saneamiento de aguas. La seguridad alimentaria cobra especial relevancia cuando se trabaja con salud materno-infantil, una de las áreas fundamentales para el desarrollo de las comunidades.

Según Antonio Marquina Barrio, catedrático y director del departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, “hay que invertir en desarrollo agrícola y formar a agricultores y ganaderos, es decir, dar los instrumentos necesarios para garantizar las buenas prácticas”.  De la misma manera, “se debe invertir en las empresas de producción de alimentos y desarrollar políticas de producción favorables a los agricultores y ganaderos”.

No obstante, hay un factor de gran importancia que no debemos olvidar: el cambio climático.  Marquina Barrio asegura que “el cambio climático es un factor variable y no controlable del todo, pero no por eso hay que dejarlo de lado”. El incremento de temperaturas, la caída de las precipitaciones, las variaciones estacionarias de las lluvias, la escasez de combustible para producir fertilizantes, el uso desmesurado  de pesticidas y herbicidas y la degradación de la calidad de los suelo, (más del 40% de suelo del mundo está dañado), determinarán de manera concluyente el desarrollo de la seguridad alimentaria en todos los países del mundo.

Entre los objetivos para garantizar el desarrollo agrícola en los países en vías de desarrollo y el acceso a los alimentos tenemos: modernización y rehabilitación de la agricultura; incremento de la productividad y contribución a la mejora de la tasa de abastecimiento de productos agrarios; mejora de la formación técnica de agricultores,  administraciones públicas y las cooperativas. Mejora e incremento de las inversiones a largo plazo y modificación de flujos migratorios para evitar que las poblaciones abandonen el campo. Fomento de un consumo de alimentos sostenible y de calidad y control del uso de pesticidas y herbicidas. Control del acceso y saneamiento de aguas y mejora del déficit de infraestructuras. Protección aduanera y subvenciones públicas a los productos agrarios.. Establecimiento de una política de precios internos adecuados para garantizar la renta de los agricultores Creación de una serie de políticas de protección a las agriculturas locales y nacionales frente a los mercados internacionales

Es inaplazable trabajar por la mejora de las condiciones de vida de las comunidades rurales y por el desarrollo agrícola para garantizar la suficiencia nacional de los productos básicos de primera necesidad. Además, hay que fomentar la protección del medio ambiente y asegurar un desarrollo sostenible para reducir la vulnerabilidad de la producción a las condiciones climáticas. Para ello, es fundamental dar apoyo a los pequeños y medianos agricultores y  promover un mercado transparente que de incentivos a la producción agrícola local para reducir las importaciones. Sólo mediante el esfuerzo y la comprensión de la importancia de la seguridad alimentaria en los países del sur se podrá llegar a una situación estable donde todas las comunidades tengan acceso a una serie de alimentos de calidad que garanticen su buena salud.

* Queralt Castillo Cerezuela. Periodista

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias  (CCS), España.

ccs@solidarios.org.es

Twitter: @CCS_Solidarios

 

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