El candidato presidencial iraní Hasan Rowhani, fue declarado el ganador de las elecciones presidenciales de Irán el sábado después de ganarse el respaldo de muchos iraníes reformistas que buscan recuperar un poco de terreno tras años de represión.
Rowhani obtuvo el 50.7% de los más de 36 millones de votos emitidos, reportó el Ministerio del Interior, muy por encima del alcalde de Teherán, Mohamad Bagher Qalibaf, que se llevó aproximadamente el 16,5% de los votos. El negociador nuclear Saeed Jalili terminó en tercer lugar con el 11,3% de los votos, seguido por el candidato conservador Mohsen Rezaei con 10,6%.
El amplio margen a favor de Hasan Rowhani, ex negociador de temas nucleares, fue suficiente para darle una victoria definitiva y evitar una segunda vuelta el próximo viernes, demostrando la fuerza de la oposición incluso en un sistema que se opuso tenazmente contra ella. El régimen teocrático prohibió participar en la contienda a los candidatos reformistas demasiado populares, permitiendo sólo la presencia de unos pocos que en general respaldaban a ultranza al líder supremo.
Empero, la oposición se inclinó por Rowhani como el candidato menos objetable, que pasó a ser el candidato reformista de facto.
Aunque las elecciones presidenciales iraníes ofrecen una visión del escalafón político y el dominio de la seguridad dentro del país _especialmente desde el caos que siguió a los comicios del 2009_ no son realmente competitivas en una nación en la que la clase teocrática y sus seguidores uniformados siguen conservando la totalidad del poder.
Las fuerzas de seguridad controlan además la situación tras incontables detenciones y presiones ocurridas tras los últimos comicios presidenciales del 2009, que ocasionaron masivas protestas callejeras ante la creencia generalizada de que fueron amañadas para mantener en el poder al mandatario Mahmud Ahmadinejad en un segundo y último mandato. Ahmadinejad no pudo aspirar a un tercer mandato consecutivo. Con todo, la popularidad súbita de Rowhani a último momento imprimió cierta excitación a la contienda.
Muchos iraníes reformistas que han enfrentado años de represión ven en el triunfo de Rowhani una oportunidad de recuperar un poco de terreno.
Fuente: AP