Fujimori sale del hospital a la cárcel

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El ex presidente peruano Alberto Fujimori, cuyo indulto humanitario fue anulado el año pasado, dijo este miércoles que el final de su vida “está cerca” antes de que fuera trasladado a una prisión tras permanecer más de cien días internado en una clínica privada por una afección cardiaca.

La Corte Suprema de Perú dijo la semana pasada que una junta de médicos evaluó a Fujimori y determinó que su salud es estable; y ordenó su traslado a una prisión para que cumpla su sentencia de 25 años de prisión por abusos a los derechos humanos durante su gobierno, entre 1990 y el 2000.

Fujimori, de 80 años, dejó la clínica en un camioneta blanca junto a su hijo menor Kenji, según imágenes de la televisión, resguardado por varios vehículos de la policía mientras decenas de simpatizantes daban vivas al político y pedían su libertad.

El ex mandatario fue ingresado a la prisión policial Barbadillo, ubicada en un barrio pobre en la periferia de Lima, donde las autoridades han acondicionado mobiliario médico ante cualquier eventualidad en torno a la salud de Fujimori.

“Ya está en el penal y allí va a continuar la privación de su libertad”, dijo el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Carlos Romero, a la radio local RPP. El funcionario explicó que Fujimori dispondrá de un médico y tres enfermaras que se turnarán para cuidarlo permanentemente.

En una carta pública difundida por Twitter, Fujimori, que gobernó con mano dura en su década de poder, dijo que el juicio de la historia será más justo que sus “enemigos políticos”.

“Tengo casi 12 años preso y hoy me están llevando de nuevo a la cárcel. ¿No es eso suficiente?”, comentó, además de publicar una fotografía de su rostro, donde lucía cansado y desaliñado. Sobre la foto dijo que “el final de mi vida está cerca”, poco antes de que la clínica le diera alta médica.

De acuerdo a sus doctores, el ex gobernante sufre de depresión e hipertensión arterial y en los últimos años ha sido operado seis veces en la lengua por lesiones cancerígenas.

La Corte Suprema de Perú dijo la semana pasada que una junta de médicos evaluó a Fujimori y determinó que su salud es estable; y ordenó su traslado a una prisión para que cumpla su sentencia de 25 años de prisión por abusos a los derechos humanos durante su gobierno, entre 1990 y el 2000.

Fujimori, de 80 años, dejó la clínica en un camioneta blanca junto a su hijo menor Kenji, según imágenes de la televisión, resguardado por varios vehículos de la policía mientras decenas de simpatizantes daban vivas al político y pedían su libertad.

El ex mandatario fue ingresado a la prisión policial Barbadillo, ubicada en un barrio pobre en la periferia de Lima, donde las autoridades han acondicionado mobiliario médico ante cualquier eventualidad en torno a la salud de Fujimori.

“Ya está en el penal y allí va a continuar la privación de su libertad”, dijo el jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Carlos Romero, a la radio local RPP. El funcionario explicó que Fujimori dispondrá de un médico y tres enfermaras que se turnarán para cuidarlo permanentemente.

En una carta pública difundida por Twitter, Fujimori, que gobernó con mano dura en su década de poder, dijo que el juicio de la historia será más justo que sus “enemigos políticos”.

“Tengo casi 12 años preso y hoy me están llevando de nuevo a la cárcel. ¿No es eso suficiente?”, comentó, además de publicar una fotografía de su rostro, donde lucía cansado y desaliñado. Sobre la foto dijo que “el final de mi vida está cerca”, poco antes de que la clínica le diera alta médica.

De acuerdo a sus doctores, el ex gobernante sufre de depresión e hipertensión arterial y en los últimos años ha sido operado seis veces en la lengua por lesiones cancerígenas.

Fuente: Reuters

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