En lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, el Ejército, la Marina y la Policía Federal han matado a 803 personas durante supuestos enfrentamientos, según informes oficiales.
Las autoridades federales se refieren a las muertes como “presuntos delincuentes abatidos”.
En el balance de 19 meses, el Ejército ha abatido a 628 personas (la cifra incluye a los 21 hombres y una mujer muertos el lunes 30 de junio en Tlatlaya luego de que fueron presuntamente agredidos), publica Reforma.
El saldo actual significa el 21.22 por ciento de todas las personas abatidas en la administración de Felipe Calderón.
“Informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) establecen que en los seis años de la gestión del panista se registraron 2 mil 959 presuntos delincuentes fallecidos por los efectivos castrenses, luego de que atacaron a las tropas a balazos”, según la nota.
En un informe solicitado vía Transparencia, el Ejército Mexicano dio a conocer que hasta abril había registrado a 606 agresores muertos, probables integrantes de la delincuencia organizada, saldo que se reportó en 642 agresiones a sus elementos, mientras realizaban patrullajes de seguridad.
La Marina, en tanto, suma de 1 de diciembre de 2012 hasta abril a 57 presuntos criminales abatidos, mientras que la Policía Federal se adjudicó en el mismo período a 118 probables delincuentes muertos, luego de repeler una agresión.
La Sedena argumentó que en todos los casos han sido obligados a emplear el uso de la fuerza letal.
Las agresiones han tenido una recurrencia mayor en Tamaulipas, Nuevo León, Estado de México, Guerrero, Sinaloa, Michoacán, Chihuahua, Veracruz y Zacatecas.
Reforma cita que de acuerdo con el Manual del Uso de la Fuerza de aplicación a las tres Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Fuerza Aérea), fechado el 22 de mayo de 2014, la fuerza letal consiste en la utilización de armas de fuego, contundentes e improvisadas para proteger la vida propia, de terceros o se vaya a cometer un delito particularmente grave.
‘‘Lo cual puede acontecer, cuando los agresores o transgresores amenacen al personal de las fuerzas armadas o a terceras personas, con arma de fuego, explosivos, vehículo, embarcación o aeronave en que se transporta u otro objeto que ponga en peligro la vida’’, refiere el Manual, de cinco capítulos.
‘‘Cuando no sea posible detener al agresor o agresores, es conveniente no llevar a cabo una persecución ni accionar las armas de fuego para evitar daños a terceros, salvo que el agresor realice actos de resistencia agresiva grave, en cuyo caso el uso de la fuerza letal será dirigido precisamente hacia dicho agresor o agresores’’, se especifica.