Las fuerzas de seguridad iraquíes iniciaron una contraofensiva en el norte del país, donde amplias zonas pasaron esta semana a manos de los yihadistas, y reforzaron la defensa de Bagdad, amenazada por los insurgentes, mientras Estados Unidos anunciaba la presencia de un portaaviones en el Golfo.
El Ejército de Irak quitó la vida a más de 288 insurgentes y recuperó el control de varias ciudades en las provincias de Salahedin, Diyala y Anbar.
En tanto, cientos de jóvenes iraquíes se lanzaron a las calles de Bagdad para luchar contra el avance de los milicianos islámicos, que en la última semana vienen avanzando por el norte del país.
Irán por su parte aseguró que estaría dispuesto a colaborar con Washington para frenar a los yihadistas sunitas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL).
“Si vemos que Estados Unidos toma la iniciativa contra los grupos terroristas de Irak, pensaremos en la cooperación”, dijo el presidente iraní, Hasan Rohani, en una conferencia de prensa, aunque subrayó la diferencia entre “ayudar e intervenir”.
“Hasta hoy día, no se ha presentado ninguna solicitud específica de asistencia. Pero estamos dispuestos a ayudar en conformidad con el derecho internacional”, afirmó.
Bagdad— El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, ordenó de todas formas el envío del portaaviones George H.W. Bush al Golfo “en caso de que sea necesario recurrir a una operación militar”.
En el terreno, las tropas iraquíes habían recuperado la localidad de Ishaqi y la zona de Muatasam, en la provincia de Saladino. En la primera encontraron los cadáveres calcinados de 12 policías.
Las autoridades anunciaron un plan de seguridad para defender Bagdad, de la que se acercan peligrosamente los insurgentes, y el primer ministro Nuri al Maliki, comandante en jefe de las fuerzas armadas, dijo que el gobierno le ha otorgado “poderes ilimitados” para combatir a los rebeldes.
En el norte de Bagdad se produjo ayer un atentado contra un convoy en el que iba el líder de la agencia anticorrupción iraquí. Fue atacado por varios hombres armados y en el tiroteo murieron nueve agentes de policía, según una fuente oficial.
Otro atentado se produjo contra Sami al Masudi, un alto dignatario chiita, en Samarra, con el resultado de ocho guardaespaldas muertos, según anunció el propio jerarca religioso a la AFP.
El viernes por la noche, la Policía y los vecinos ya habían echado a los sunitas extremistas de otra ciudad de esa provincia, Dhuluiyah.
En la provincia de Diyala, las fuerzas regulares impidieron además que los insurgentes tomaran la ciudad de Muqdadiyah.
Fuente: AFP/ AP