Por Jesús Robles Maloof
En memoria de Herón Sixto, defensor asesinado en Oaxaca.
Era la 1:30 de la madrugada y la señora Amanda de la comunidad de La Palma, en el confín profundo de la selva tabasqueña, se las arreglaba para ubicar el único punto en su comunidad en donde hay señal telefónica. “A pesar de estar cayendo una tormenta, hay un migrante que está convulsionando tras días y días de caminar en la selva. ¿Puede venir Fray Tomás?”, dijo conocedora de la respuesta esa valiente mujer, natural defensora de los derechos humanos.
“Ella es una de muchas mujeres educadas en la Universidad de la Vida, que no puede permanecer apática frente a la emergencia humanitaria que vivimos en el sur de México. Además sabe cómo preguntar de tal manera que la respuesta sea siempre positiva”, me contó ayer Fray Tomás González aquí en Villahermosa, mientras comíamos unas enchiladas. Hasta allá fue en esa ocasión a dar asistencia al migrante a quien salvó la vida gracias a Amanda y a la asistencia del misionero franciscano.
Este hombre nació el mismo año que yo. Para bien, en su caso es calidad modelo 1973. Originario del Distrito Federal, su vocación lo ha llevado por distintos lugares, ninguno de los cuales lo ha puesto a prueba como Tenosique, Tabasco, la puerta a México para quienes migran de centro y Sudamérica. “Tenemos una responsabilidad con la historia que no alcanzamos a entender”, abunda. No es para menos, hace tres años llegó al municipio fronterizo y ahí, la migración llega a ti de manera que no puedes cerrar los ojos.
“La 72” refugio para migrantes abrió hace tres años y ya para 2012 recibió alrededor de cerca de ocho mil personas. Este año, de enero a julio, van nueve mil personas atendidas. Cuando se habla de trabajo humanitario nos referimos a las necesidades fundamentales, como curación de heridas, comida y calzado, refugio y sobre todo defensa de la dignidad humana frente a quienes desde el crimen y su colusión con el gobierno ven como mercancías a las personas.
Como hemos relatado ya en “Nadie es ilegal en su propio planeta”, a quienes son capaces de robar, extorsionar, desaparecer y asesinar, Fray Tomás les ha enfrentado construyendo una red de solidaridad que se extiende desde la comunidad de El Ceibo, El Pedregal, La Palma, Guasiván, Benito Juárez y Tenosique, por mencionar algunas poblaciones. Decenas de denuncias interpuestas directamente por él y otras tantas acompañando a los migrantes.
Por ello, el pasado 19 de abril de este año la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió medidas cautelares a favor de las personas migrantes, voluntarios, colaboradores de “La 72”, de Rubén Figueroa y de Fray Tomás. La Comisión consideró que el riesgo para la vida e integridad de las personas defensoras de derechos humanos integrantes de “La 72” era grave y urgente y que no contaban con la protección adecuada ni necesaria para su situación, por lo que solicitó al Estado mexicano implementar las acciones necesarias a fin de garantizar su vida e integridad así como la de las personas migrantes.
De ahí se han sucedido múltiples reuniones. El Mecanismo para la Protección de Personas Que Defienden los Derechos Humanos y Periodistas emitió un conjunto de medidas de todo tipo, el Gobierno de Tabasco y el Municipal se han propuesto otro tanto. Lo central, como venimos insistiendo, es terminar con el contexto de violencia extrema que se vive en Tenosique y sus alrededores. Quizá a diferencia de otros defensores de derechos humanos, quienes trabajan con migrantes están necesariamente vinculados a un espacio físico concreto dado que los migrantes viajan sobre el tren (México, por presiones de Estados Unidos, no les permite un permiso de tránsito). Es muy difícil mover las vías del tren y aunque las movieran ahí irían los delincuentes y con toda seguridad para enfrentarlos acudiría Fray Tomás.
La solución es clara: terminar con la impunidad. El lunes 15 de este mes, el Estado mexicano tuvo un punto donde empezar. Un grupo de seis migrantes dio testimonio del intento de extorsión que sufrieron a unos metros de “La 72” en las vías del tren. Hasta ahí fue nuestro fraile quien pidiendo a la policía municipal actuara, quedó sorprendido del miedo que les causaban los criminales. Finalmente, ante la insistencia de los defensores y con refuerzos, se decidieron a actuar.
Dos días después no pasó nada. A pesar de contar con seis testimonios contra el líder de los extorsionadores, el Ministerio Público pidió que acudieran al otro día denunciar. Cuando finalmente fueron los migrantes, los retuvieron por seis horas sólo para desanimarlos de denunciar ya que “con mil pesos el extorsionador salía”. Así fue. Ahora el extorsionador está afuera, seguramente extorsionando y un poco más enojado con Fray Tomás.
Ayer, cuando viajaba a Villahermosa, mi madre me entregó una imagen religiosa para mi amigo. “Es para protegerlo”, dijo Irma Maloof. Como buen ateo cumplí y hoy se la entregué durante la comida mientras me contaban que justamente el 21 de julio se cumplen tres años que llegó a esta misión. No sé por qué le dicen Fray Tormenta pero ahora lo sospecho. (Me informan que existe otra persona con ese nombre que hace labor social mediante la lucha libre. Fray Tomás no hace lucha libre, pero casi.)
Espero que la imagen de mi madre haga su trabajo. No me confío. Demando que el Estado mexicano cumpla con sus obligaciones constitucionales y convencionales y procure seguridad ciudadana para Tenosique, Tabasco; que respete el derecho a defender los derechos humanos y a la libertad de migrar. Tampoco me confío. Les llamo a ustedes a estar del lado de Fray Tomás González y del valiente equipo de “La 72”, para como dicen en su cuenta de Twitter, “donde cambiaremos el rumbo de esta historia”.
Fuente: Sin Embargo