Desde la Plaza de Pedro, el Papa Francisco dio la bendición “Urbi et Orbi”, y concedió la indulgencia plenaria, el perdón de los pecados, en medio de la pandemia del Covid-19 que azota al mundo entero.
En una transmisión a la que se conectaron millones de católicos en el mundo, la oración se dirigió principalmente a todos los enfermos de coronavirus, así como los trabajadores de la salud y personas que incluso ofrecen sus oraciones en favor de los enfermos.
“En esta barca vamos todos”, dijo el Sumo Pontífice luego de orar ante la imagen de Virgen Santa María la Mayor y el Cristo de San Marcelo que en 1522 salvó a Roma de la peste.
El Santo Padre presidió la oración desde el atrio de la Basílica de San Pedro, en medio de la lluvia y ante una plaza vacía, debido a las medidas de seguridad que las autoridades italianas han dispuesto para superar la emergencia sanitaria.
La oración comenzó con la lectura del pasaje del Evangelio de Marcos (4,35-41), en el que Jesús calma la tormenta en el mar de Galilea, luego de ser despertado por los apóstoles que lo acompañaban en la barca.
En su meditación, el Papa señaló que en estos días y ante la epidemia del coronavirus, “densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas”.
El Papa bendijo luego a Roma y a todo el mundo con el Santísimo Sacramento desde la puerta de la Basílica. Mientras duró la bendición, las campanas sonaron y la policía activó sus sirenas.
Tras la bendición se procedió a las aclamaciones al Señor, la Virgen María y San José; y se procedió a la reserva del Santísimo en la Basílica.
Fuente: W Radio/ Agencias