El presidente francés Emmanuel Macron anunció el fin oficial de la operación antiyihadista Barkhane en el Sahel este miércoles 9 de noviembre. La declaración llega tres meses después de la retirada de los últimos soldados franceses de Mali. La nueva estrategia de Francia en África se reflexionará en los próximos seis meses vía conversaciones con sus socios africanos.
Es oficial, la operación militar antiyihadista que involucraba soldados franceses desde hace nueve años en el Sahel tomó fin este miércoles tras el anuncio del presidente Emmanuel Macron en Toulon, al sur de Francia.
“He decidido, en concertación con nuestros socios, oficializar hoy el fin de la operación Barkhane”, puntualizó Macron.
Según el mandatario, la presencia de Francia en la región continuará, pero según una estrategia y una forma decidida conjuntamente con los gobiernos africanos. Actualmente, Francia tiene alrededor de 3.000 militares desplegados entre Burkina Faso, Chad y Níger.
“Lanzaremos en los próximos días una fase de intercambios con nuestros socios africanos, nuestros aliados y las organizaciones regionales para desarrollar juntos el estatus, el formato y las misiones de las actuales bases militares francesas en el Sahel y en África Occidental”, dijo el presidente francés.
Francia tiene que aprender de su operación en Mali, ya que después de ocho años en el terreno, su presencia fue vivamente rechazada por la población local y que la operación militar se concluyó con una disputa diplomática con Bamako.
Tras una nueva estrategia conjunta
“Esta estrategia se completará dentro de seis meses (…) Es esencial y es una de las consecuencias que sacamos de lo que hemos vivido en los últimos años en toda la región del Sahel”, explicó Macron.
Más que todo, es la duración de las misiones que deben ser explícitamente definidas, según el presidente. Francia conlleva el peso de su pasado colonial y muchos africanos son muy críticos a la presencia militar francesa en la región.
“No es nuestra vocación permanecer en operaciones exteriores sin límites de tiempo”, dijo el jefe de Estado.
Además, el Gobierno francés quiere evitar una presencia militar demasiado importante que debilitaría o tomaría el lugar del ejercito local.
Macron explicó que la ayuda en cada país será diferente en función de “las necesidades manifestadas en términos de equipamiento, de formación” y de operaciones, pero sobre todo se hará “en apoyo de los esfuerzos civiles” que esos mismos gobiernos pongan en marcha “para responder a las tensiones comunitarias, a las vulnerabilidades sociales y económicas que tratan de explotar las organizaciones terroristas”.
Nueve años de lucha contra los yihadistas
Mali se independizó de Francia en 1960. En 2012, rebeldes tuareg empezaron una ofensiva en el norte, exigiendo la independencia de Azawad, una zona desértica del norte del país.
Tras un golpe de Estado en marzo de 2012, los rebeldes independentistas tomaron el control Kidal, Gao y Tombuctú, pero fueron rápidamente expulsados por sus aliados islamistas asociados a Al-Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi).
El 11 de enero de 2013, Francia lanzó la operación Serval para frenar el avance de los yihadistas y desplegó hasta 5.000 soldados, permitiendo la reconquista progresiva de las tres ciudades. Una misión de la ONU, la Minusma, también se involucró en Mali en 2013 para la estabilización del país, todavía está en curso.
En 2014, la operación Serval cambió de nombre y se convirtió en Barkhane en una lógica de asociación con cinco países del Sahel: Malí, Burkina Faso, Mauritania, Níger y Chad. Poco a poco, la violencia se extendió hacia el sureste y afectó a Burkina Faso y Níger.
A pesar de unas victorias por parte de Francia y del asesinato de varios jefes yihadistas, la situación no logró estabilizarse. En 2020, Mali conoció un primer golpe de Estado, antes de enfrentarse a un segundo en 2021, llevando al deterioro de las relaciones entre París y Bamako.
Fuente: France 24