Fracking deja más sismos en el norte

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Una actividad sísmica inusual en el norte de México pone en advertencia por la posibilidad de que sea el fracking

Especialistas y activistas han advertido que en los estados del norte de México se han registrado temblores a causa del “fracking”, un procedimiento usado para extraer gas shale del subsuelo y que ahora es permitido por las leyes mexicanas. Las autoridades no han descartado que esta práctica provoque los sismos y han reconocido que tendrá un impacto en el medio ambiente.

A mediados de este mes, productores de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se reunieron para “alertar a la población de nuestros estados, de los grandes riesgos en materia ambiental” que implicará la extracción del gas de lutitas. Los productores agropecuarios se reunieron con representantes del Barzón para establecer medidas contra el fracking en esas entidades.

Josefina Sánchez Ponce, miembro de un grupo ambientalista de Coahuila, dijo al diario Vanguardia que ante la inminente explotación del gas shale en la Región Norte del estado organismos civiles estarán al pendiente del impacto social y ambiental de esta nueva actividad económica.

“Hay un riesgo para Guerrero y Piedras Negras de lo que puede suceder con este tipo de actividades económicas, estaremos al pendiente y difundiremos la información de primera mano”, dijo Sánchez Ponce al medio.

Días antes, el Obispo de Saltillo, Raúl Vera López, dijo que esta actividad provocará en Coahuila un desastre ecológico. “Yo quiero ver cuando veamos el desplazamiento de todos los campesinos y ver a dónde van a ir a parar, yo quiero ver cómo se atreven si además el fracking está prohibido en muchas partes del mundo, y aquí lo están poniendo ahora con mentiras espantosas”, dijo.

“El gas se va a acabar en cuatro años y cuando se vayan van a dejar el agua podrida, van a dejar horror y medio aquí, la gente que tome esa agua va acabar con cáncer”, advirtió.

De acuerdo con reportes de la prensa, en Coahuila se ha reportado un incremento de temblores desde el 2010 los cuales en muchas ocasiones no son consignados por las autoridades locales aunque sí son registrados por el Sistema Sismológico Nacional.

Al respecto, René de la Garza, director de Protección Civil de Saltillo comentó que “Coahuila no es una zona sísmica, pero no estamos preparados para un sismo, entonces, con uno de 4.5 puede haber casas del centro, de esas que les falta mantenimiento, que se puedan colapsar. No hay una media que te diga, ‘a cinco grados no se caen las casas’, no hay, porque no es zona sísmica y las condiciones no están preparadas para eso”.

Lo mismo sucede en Tamaulipas donde este año se ha duplicado el número de movimientos telúricos comparado con el anterior, ya que el Servicio Sismológico registró 13 en 2013 y a la fecha ya son 25. Consultado sobre este aumento de sismos el coordinador de Protección Civil en la entidad, Medardo Sánchez Albarán, dijo que no podría descartar que esto tenga una relación con el fracking.

“No te lo puedo confirmar, pero tampoco te lo puedo descartar [que ocurra por el fracking], a final de cuentas son movimientos que se dan en la tierra y que sí los detecta el Servicio Sismológico Nacional”, dijo el funcionario en entrevista con Milenio.

Por su parte, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, dijo el pasado 20 de agosto que no se descarta que el fracking ocasione daños ambientales, porque “no hay actividad humana que no tenga impacto en el medio ambiente”. Sin embargo, dijo que las ventajas que traerá el gas natural que se extraerá mediante esa técnica rebasarán las consecuencias negativas.

Un día después, el 21 de agosto, David Lauer, integrante de “Chihuahua vs el fracking”, dijo que pedirán a las autoridades que exploren energías alternativas, porque hasta ahora no han invertido “ni un quinto” en ello, pese a que Chihuahua tiene gran potencial solar y capacidad en académicos y jóvenes para desarrollarla.

Fracking

“El objetivo del fracking es generar dinero para los bancos, para los contratistas, para las empresas extractivas y contratistas”, alertó. Junto a otros activistas mencionó que la experiencia con las mineras no es buena, principalmente por el daño al ambiente y a la salud, y con el fracking ello será peor.

“Las mismas empresas han reconocido que hay fugas cuando se extrae el gas, no pueden controlarlo. En Torreón, Coahuila, se están robando el agua de las presas”, acusó Lauer.

En el mismo sentido se ha referido Víctor Quintana Silveyra,  dirigente estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y maestro universitario, quien ha manifestado a la prensa la necesidad de que exista información respecto a este método de extracción de gas. Comentó que Ciudad Juárez no está fuera de los probables impactos del fracking, pues Guadalupe Distrito Bravos, una de los poblados del Valle de Juárez está incluido en las planes de extracción del gas lutita.

“Por lo que a esta frontera le alcanzarían consecuencias como movimientos telúricos y la escasez de agua y principalmente los daños ecológicos”, señaló.  Sin embargo, denunció que los promotores del fracking no explican los daños que se producen al medio ambiente.

“En primer lugar libera una gran cantidad de gases del subsuelo y utiliza agua tratada con una serie de químicos, donde quedan los residuos expuestos… ambientalmente es muy costoso, pues lleva una gran cantidad de agua que es lo que falta en Chihuahua, se fracturan las rocas con agua y es alta presión”, detalló.

La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) advirtió en un estudio difundido en marzo que existe relación entre la práctica de fracking que se realiza en diversos municipios de ese estado  y los sismos ocurridos recientemente en la zona.

El análisis que presentó la Facultad de Ingeniería Civil de la UANL determinó que la profundidad del foco de los movimientos telúricos coincide con la profundidad de los pozos perforados en la Cuenca de Burgos, que abarca la zona noroeste de Monterrey.

En una entrevista con Info7, Juan Manuel Rodríguez Martínez, doctor por el Instituto Petrolero de Moscú, quien dirigió el estudio Sismicidad del Estado de Nuevo León, afirmó que “el fracking, junto con las denotaciones en la pedreras y colapsos de cavernas por falta de agua son los causantes del aumento de los sismos en la región en los últimos años”.

De acuerdo con una investigación de la agencia Bloomberg, publicada en julio pasado, Austin Holanda, jefe de Sismología en Oklahoma, está decidido a encontrar la causa de una epidemia de terremotos en el estado y su principal sospecha se centra en el bombeo de aguas residuales para la extracción de petróleo y gas; es decir, en la operación del fracking.

“Si mi investigación me lleva al punto en que determinemos que lo más seguro es apagar la inyección –y consecuentemente la producción– en gran parte del estado, entonces eso es lo que tenemos que hacer”, dijo Holland. “Esto ejercicio es para los políticos y los reguladores”, expuso.

En el transcurso de este 2014, Oklahoma reporta más del doble de sismos que California, por lo ya es el estado de mayor actividad sísmica en EU. En 2003, esa entidad ocupó el 17 por el número de terremotos en todo el país. El cambio, plantea Bloomberg, ha dado lugar a una fuerte preocupación entre comunidades y ambientalistas de que la inyección de grandes cantidades de aguas residuales al suelo está contribuyendo al aumento de los sismos en Oklahoma. Las bombas que operan en el estado producen alrededor 350 mil barriles de petróleo al día, lo que lo sitúa como el quinto mayor productor en Estados Unidos.

Según la agencia de noticias, el aumento de los terremotos no sólo ocurre en Oklahoma, lo que desafía a científicos y reguladores de todo el país. El crecimiento de la actividad sísmica junto con la producción de petróleo con la técnica del fracking –desde Colorado hasta Ohio– ha desencadenado una serie de estudios que atan los temblores a la actividad de perforación.

El 19 de julio pasado, legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN) aprobaron el primer dictamen de la Reforma Energética, donde acordaron mantener sin cambios en la Ley de Hidrocarburos, el uso de la técnica de fractura hidráulica o fracking, para extraer shale gas del subsuelo.

Actualmente, Petróleos Mexicanos (Pemex) opera 20 pozos con la técnica del fracking, pero con la Reforma Energética se espera un aumento considerable en esa actividad, particularmente por parte de empresas extranjeras.

Fuente: Sin Embargo

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