Fortnite, la “droga” que quiere prohibir el príncipe Harry

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Fortnite es un popular videojuego de supervivencia con al menos 200 millones de usuarios registrados en todo el mundo que en los días recientes ha enfrentado fuertes y múltiples batallas en las que se reclama su desaparición. Una de ellas es dirigida desde la realeza británica.

La plataforma de entretenimiento en línea lanzada en 2017 por la desarrolladora Epic Games sufrió a finales de marzo el embate del periódico Boston Globe, que en una nota alertó de los efectos peligrosos en el mundo real de una guerra que se libra en el mundo virtual.

Para ello citó al doctor Michael Rich, pediatra y director de la Clínica de Medios Interactivos y Trastornos de Internet en el Hospital de Niños de Boston, quien acusó que los niños no están durmiendo ni van a la escuela por pasar horas pegados al juego.

“Están abandonando las actividades sociales. Muchos niños han dejado de practicar deportes para poder hacer esto”, acusó el especialista.

La nota lleva días viralizándose por una anécdota en la que relata cómo un niño destruyó el auto de la familia con un martillo, emulando la mecánica del juego.

Pero ha sido más escandalosa la frase del terapeuta Rich Domenico, quien describe el clima de estrés familiar que surge cuando los niños se entregan por completo a esa obsesión.

“Es similar a trabajar con padres que tienen un niño adicto a las drogas”, dice respecto de los jefes de familia que han tenido que ir a terapia de pareja porque se echan la culpa acerca de quién permitió que el niño se enganchara con el juego.

Con una dinámica de juego de batalla campal, en la que el jugador debe ser el último sobreviviente de entre un centenar de competidores, Fortnite provoca tal obsesión que incluso los niños se rehúsan a suspender la partida para ir a comer, con la subsecuente pérdida de peso.

No en balde, The Boston Globe describe a Fortnite como una mezcla entre Minecraft y Los Juegos del Hambre.

La mala fama de Fortnite –cuya experiencia ha incluido una actuación “en vivo” del conocido DJ Marshmello—ha llegado hasta la realeza británica, donde tampoco ha sido visto con buenos ojos.

En consonancia con los sicólogos, el príncipe Harry –según reportó la televisora BBC– ha pedido la prohibición de Fortnite al acusar que está diseñado para crear adicción.

“Este juego no debe permitirse. ¿Dónde está el beneficio de tenerlo en tu hogar? Se creó para la adicción para mantenerte frente a una computadora el mayor tiempo posible. Es muy irresponsable”, dijo el duque de Sussex el pasado jueves en un evento de la YMCA en Londres, donde también acusó que las redes sociales son “más adictivas que el alcohol y las drogas”.

El impacto negativo que ha reportado Fortnite alcanza incluso a las relaciones de pareja: un sondeo del sitio divorceonline.co.uk encontró que, desde enero de 2018, unas 200 separaciones tuvieron como causa la adicción a Fortnite y otros juegos en línea.

Y es así como las batallas campales virtuales tienen su paralelo en las del mundo real.

Fuente: Apro

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