El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó el pronóstico para la economía mexicana para 2015 a 2.4% desde el 3% previsto en abril y para 2016 pasó de 3.3% a 3%.
Al dar a conocer la actualización de las perspectivas, explicó que la nueva estimación se debió al revés que sufrió la actividad económica de Estados Unidos en el primer trimestre que obligó a revisar las expectativas para la economía mundial para 2015 de 3.5% a 3.3% y para 2016 mantuvo el 3.8% proyectado en abril.
Hace un año el FMI estimaba que México crecería 3.5% en el 2015.
En mayo pasado el Banco de México y la secretaría de Hacienda ajustaron a la baja sus expectativas económicas para este año. La junta de gobierno del instituto central, tuvo que reducir el rango estimado para 2015 a uno de entre 2% y 3% desde el 2.5% y 3.5% previsto anteriormente.
En tanto que Hacienda hizo lo mismo al disminuir el intervalo que mantenía entre 3.2% y 4.2% por ciento para quedar entre 2.2% y 3.2%, luego de que el Inegi diera a conocer que en el primer trimestre del presente año el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2.5% a tasa anual.
Hoy el FMI dio a conocer el reporte de la actualización de las perspectivas económicas mundiales, en el cual pronosticó que este año las economías avanzadas tendrán un repunte, mientras que las emergentes y en desarrollo seguirán en desaceleración.
Para 2016 aunque no modificó su estimación, aseguró que se espera que el crecimiento de la economía mundial se fortalecerá al llegar a 3.8%.
En las economías emergentes como México, el FMI advirtió que la continua desaceleración del crecimiento refleja varios factores, entre ellos los menores precios de las materias primas como el petróleo, condiciones financieras externas más estrictas, cuellos de botella estructurales, el reequilibrio en China, y dificultades económicas relacionadas con aspectos geopolíticos.
Los riesgos de corto plazo incluyen que se acentúe la volatilidad de los mercados financieros y los cambios de precios de activos problemáticos. Los menores precios de las materias primas también plantear riesgos para las perspectivas de las economías en desarrollo de bajos ingresos después de muchos años de fuerte crecimiento, destacó.
Pone de manifiesto que en muchas de estas economía, es urgente llevar a cabo reformas estructurales para aumentar la productividad y eliminar los cuellos de botella.
Lo anterior debido a que el margen de maniobra de la política macroeconómica para apoyar la demanda es generalmente más limitada, aunque recomendó utilizarla en la medida posible.
Consideró que en muchas de las economías emergentes y en desarrollo, el apoyo debería provenir del reequilibrio de la política fiscal dirigida a impulsar un crecimiento de largo plazo a través de una reforma fiscal y un gasto público con nuevas prioridades. En los países exportadores de petróleo el gasto público debe ser ajustado.
Fuente: El Universal