Fin al sueño de los justos

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(¡La violencia en Ciudad Juárez: el sueño de los justos!)

Por Jesús A. Rodríguez Alonso*

Los asesinatos, los secuestros, las extorsiones, la violencia intrafamiliar, violaciones, robos, asaltos, etc. nunca se irán de Ciudad Juárez. Es una afirmación pesimista, pero la hago por las siguientes razones.

Primero. Considero que la estrategia de erradicar la violencia en el discurso (sólo por decreto) es como cuando “limpiamos la casa” y el polvo que barremos lo depositamos bajo la alfombra.  Tarde o temprano el polvo aparece a la primera pisada.

Segundo.  La lucha frontal contra el “crimen” organizado o no, requiere un elemento primordial , un alto nivel de honestidad y eficiencia por parte de las fuerzas policiacas, algo de lo que desafortunadamente carecemos

Tercero.  La violencia como otras formas de acciones , requieren para su reducción de la participación de los habitantes de la comunidad, es decir se requiere denunciar, se requiere no normalizar la violencia; sin embargo lo que se presenta en Ciudad Juárez es una alto nivel de normalización es decir, cada vez menos nos inmutamos ante hechos violentos; además que la propia ineficiencia y corrupción de las autoridades en general del sistema judicial  ha generado altos niveles de desconfianza y por ende de no participación ( no denuncia, etc.)

Sólo mencionaré estas tres razones; porque ahora quiero  reflexionar algunos puntos que considero podemos efectuar toda la comunidad , entendiendo por comunidad el conjunto de personas que construimos o destruimos, el peor de los casos, la ciudad: incluidos  políticos,  empresarios,  estudiantes, hombres y mujeres, ricos y pobres, etc.

Por supuesto que no quiero saltar desde una posición pesimista a una utópica; por el contrario quiero centrarme en la medida de lo posible en un realismo que es por demás necesario.

Primera propuesta. La lucha contra la violencia debe efectuarse en diversos rubros, es decir si requerimos honestidad, sensibilidad y eficiencia debemos enfocarnos en la educación; pero sólo me refiero a la educación de las escuelas (formales) sino a un conjunto de estrategias, donde el municipio, la fiscalía y otras instancias pueden y deben participar como un actor relevante;  en las que se promueva y ejecuten actividades educativas, artísticas y culturales; la humanidad  genera la violencia pero también puede generar espacios de convivencia más armónica, pero para ello debe percatarse que existen otras realidades.

Segunda propuesta. Aunado a la anterior, se debe incentivar la participación, la honestidad e incluso el honor, como valores legítimos, desde los ámbitos inmediatos de las familias hasta los centros de trabajo; en este sentido tenemos tomar conciencia de nuestra condición, y evitar el “síndrome de la avestruz” esconder la cabeza y dejar el resto expuesto, tal como lo ha hecho la autoridad con el cambio de discurso, Ciudad Juárez no ha sido rescatada, ni lo será, mientras las y los juarenses no lo hagamos.

Finalmente quiero cerrar esta reflexión  con una frase del filósofo Friedrich Nietzsche: “Se anhela un estado en el que ya no se sufra. Se considera a la vida como el motivo de todos los males; se aprecian los estados inconscientes e insensibles (el sueño, los desvanecimientos) como incomparablemente más valiosos que los conscientes.

Es tiempo de “despertar del sueño de los justos”.

* Dr. Jesús A. Rodríguez Alonso. Académico de Las UACJ, es integrante del equipo de Hilo Directo
http://politicayfrontera.blogspot.com/
http://twitter.com/tresfuegos

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