Un semanario italiano difundió el presunto documento sobre medio ambiente en su sitio web, pero Lombardi aclaró que “no se trata del texto final”; fuerte malestar en el Vaticano
En lo que significó un verdadero escándalo y provocó gran estupor -y molestia- en el Vaticano, el sitio del semanario L’Espresso filtró este lunes una versión en PDF de la encíclia sobre medio ambiente del papa Francisco en italiano, tres días antes de su presentación oficial.
Titulado “Laudato si, sobre el cuidado de la casa común”, el documento, que será presentado este jueves por un panel de alto nivel en el Vaticano, se encontraba bajo embargo hasta las 12 del mediodía de Roma de ese día.
Poco después de que se filtrara el documento, el padre Federico Lombardi, vocero del Vaticano, aclaró que “no se trata del texto final y que la regla del embargo queda en vigor”. Dejando tácito de que se había violado la ética periodística, Lombardi también invitó a “respetar la corrección periodística que requiere esperar la publicación oficial del texto final”.
“Evidentemente se trata de un acto de hostilidad hacia el Papa. En más dos años de pontificado nunca antes se había filtrado un documento”, dijo a La Nación un veterano vaticanista.
El Vaticano preparó para este jueves un lanzamiento del documento con figuras de altísimo nivel.
La encíclica “verde” es esperada con mucha expectativa sobre todo en los Estados Unidos, ya que podría tener enorme influencia en la cumbre sobre cambio climático que tendrá lugar en diciembre próximo en París
Francisco irrumpe en el debate sobre el clima
Cuando faltan pocos días para la publicación de su encíclica “verde”, el jueves, Francisco aprovechó ayer la oración mariana del Angelus para anticipar algunos datos básicos del texto, el más esperado en décadas y que ya provocó algunas críticas en Estados Unidos. El documento papal, titulado “Laudato si, sobre el cuidado de la casa común”, según adelantó el Vaticano, no es sólo para los más de 1200 millones de católicos que hay en el mundo, sino que “está dirigido a todos”. Y será un llamado de atención y una invitación de la Iglesia Católica a un mayor cuidado y respeto por la castigada Tierra.
Al anunciar desde la ventana del Palacio Apostólico la inminente salida de su “carta encíclica sobre el cuidado de la creación”, el Papa invitó ayer a “acompañar este evento con una renovada atención a las situaciones de degradación ambiental, como también de recuperación, en cada territorio”.
“Esta encíclica está dirigida a todos: oremos para que todos puedan recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos encomendó”, agregó.
A diferencia de Lumen Fidei (La luz de la fe), la primera encíclica de Francisco, pero que fue realizada a cuatro manos junto con el papa emérito Benedicto XVI, Laudato si será un documento realmente “bergogliano”, llamado a sacudir conciencias.
Desde que decidió convertirse en el primer papa que se llama como San Francisco, el santo de los pobres, pero también el santo amigo de la naturaleza, fue evidente la preocupación del ex arzobispo de Buenos Aires en todo lo que tiene que ver con el cuidado del planeta, una asignatura pendiente en su país natal y en muchos otros países en vías de desarrollo.
El título de la encíclica, Laudato si, proviene del famoso “Cántico de la criaturas” de San Francisco, que alaba a Dios, a todas su criaturas y a la “hermana” y “madre” tierra. A partir de allí, se espera que este nuevo texto magisterial del Papa alerte ante los efectos catastróficos del calentamiento global, que afecta especialmente a los más pobres.
Así, al menos, se adelantó en una conferencia que hubo en mayo pasado en el Vaticano titulada “Dimensiones morales del cambio climático y el desarrollo sostenible”, auspiciada por la ONU.
En esa reunión, varios científicos y líderes de diversas religiones firmaron una declaración conjunta que advirtió que la cumbre sobre cambio climático que tendrá lugar en París en diciembre próximo “podría ser la última oportunidad para negociar acuerdos que mantengan el calentamiento provocado por los humanos por debajo de los 2 grados centígrados”. Allí, los expertos alertaron que “la trayectoria actual podría alcanzar unos devastadores 4 grados o más”.
En Estados Unidos es especialmente alta la expectativa ante la encíclica sobre medio ambiente de Francisco. “Es increíble. Aunque aún no ha salido, ya está siendo criticada por algunos sectores”, lamentó hace unas semanas el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del G-9, el grupo de nueve cardenales que asesoran a Francisco.
Los intereses en juego, de hecho, son muy altos. Como explicó en una entrevista con LA NACION el economista Jeffrey Sachs, uno de los principales oradores en el mencionado seminario sobre cambio climático y principal asesor en el tema del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sectores de poder conservadores, vinculados con las industrias del petróleo y el carbón, temen que la encíclica del Papa pueda influir en su detrimento en el debate en curso.
Pese a que la gran mayoría de los científicos coinciden en que es el hombre -con sus industrias que contaminan, deforestación, etc.- la principal causa del cambio climático, en Estados Unidos hay quienes lo niegan y sostienen que el cambio climático se debe a la evolución misma de la naturaleza.
Durante el vuelo que de Sri Lanka lo llevó a Filipinas, en enero pasado, el Papa dijo que con su encíclica pretende influenciar en la cumbre de París. “Espero que sea un aporte”, dijo Francisco, que admitió que había quedado decepcionado por “la falta de coraje” que había habido en una reunión sobre el mismo tema en Perú.
Por otro lado, al ser consultado sobre si el cambio climático era mayoritariamente culpa del hombre, el Papa no tuvo dudas en responder: “Es en gran parte el hombre el que le da cachetadas a la naturaleza, continuamente. Nosotros nos hemos adueñado un poco de la naturaleza, de la hermana tierra, de la madre tierra”.
“Una vez, un viejo campesino me dijo: «Dios perdona siempre; nosotros, los hombres, perdonamos a veces; la naturaleza no perdona nunca». Si uno le da cachetadas, ella también lo hace. Hemos explotado demasiado a la naturaleza”, agregó, al mencionar luego como ejemplos la deforestación del Amazonas o los monocultivos, temas sobre los que seguramente se habrá explayado en su encíclica “verde”.
Fuente: La Nación