De bajo perfil y alejado desde hace años de la política activa, Alberto Fernández es la sorpresa de la campaña electoral argentina. Peronista moderado y pragmático, ganó este domingo la presidencia impulsado por la ex mandataria de centroizquierda Cristina Kirchner, su compañera de fórmula.
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Abogado de 60 años, Fernández obtuvo 40.01 por ciento con casi 97 por ciento de las mesas escrutadas, contra el presidente liberal Mauricio Macri, que logró 40.47 por ciento.
Un resultado sorprendente para alguien que solo en una ocasión anterior había acudido a una elección popular, en 2000, en las legislativas de la ciudad de Buenos Aires.
Su desempeño más destacado fue como jefe de gabinete del fallecido ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y también de Cristina Fernández, en 2008, con quien rompió al cabo del primer año de gobierno, con declaraciones hirientes, en medio del enfrentamiento de la ex mandataria con los propietarios del campo y de los grandes medios de comunicación.
Para algunos académicos, ese episodio aparece ahora como una muestra de independencia ante quienes piensan que puede convertirse en un mero títere de la ex presidenta.
“Liberal, progresista, peronista”
El diputado Daniel Filmus, que fue ministro de Educación con Néstor Kirchner, lo destaca como una persona con la que se puede “charlar, distenderse, conversar muchos temas”.
“Es un hombre que en diversas circunstancias mostró la capacidad de articular a actores muy diversos y de muy distintas ideas para concertar políticas de mediano y largo plazo”, comentó.
Sus críticos lo consideran camaleónico por haber acompañado a sectores ultraliberales, como el de Domingo Cavallo, y a populistas de izquierda como los Kirchner.
En su defensa, Fernández ha dicho que se siente “un liberal de izquierda, un liberal progresista”.
“Creo en las libertades individuales y creo que el Estado tiene que estar presente para lo que el mercado requiera. Y soy un peronista. Estoy inaugurando la rama del liberalismo progresista peronista”, aseguró.
En las últimas semanas, visitó a los líderes de la izquierda latinoamericana, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (en prisión), el uruguayo José “Pepe” Mujica y el boliviano Evo Morales.
Calma a los mercados
En el último tramo de campaña, Fernández se ha esforzado por tranquilizar a los mercados, nerviosos por la aguda crisis económica que atraviesa el país.
Aunque crítico con el Fondo Monetario Internacional, que en 2018 concedió un préstamo por 57 mil millones de dólares a Argentina, ha descartado un cese de pagos como el de 2001.
También ha querido llevar calma a los argentinos. “Vamos a cuidar sus ahorros, vamos a respetar sus depósitos en dólares. No tienen por qué estar nerviosos”, declaró.
La justicia y Venezuela
Entre sus declaraciones más polémicas, cuestionó las causas judiciales contra Kirchner y sostuvo: “la justicia no está funcionando bien. Por lo tanto tenemos que revisar entre todos una alternativa”.
“Esto no quiere decir avasallar su independencia, pero les voy a exigir a los jueces que actúen dignamente”, aseveró.
Cristina Kirchner, senadora desde 2017 y por ello con fueros parlamentarios, es investigada en varias causas por presunta corrupción.
También provocó controversia su posición sobre Venezuela, luego de que dijera que en ese país no hay una dictadura, aunque sí un “gobierno autoritario”, y anunciara que, en caso de ganar las elecciones, Argentina adoptaría una postura más similar a las de México y Uruguay, que reconocen a Nicolás Maduro como presidente y favorecen un diálogo interno.
Con la presidencia de Macri, Argentina reconoció al jefe parlamentario Juan Guaidó como gobernante interino y ha sido uno de los países más críticos con Maduro.
Privacidad y reserva
Fernández es desde hace 30 años profesor de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó.
Pero su vida privada es poco conocida. En contrapartida, creó cuentas a su perro collie Dylan, en Twitter (@dylanferdez) y en Instagram (@dylanferdezok).
Tiene un solo hijo, Estanislao, de 24 años, de una relación terminada en 2005. Actualmente vive en pareja con la periodista de espectáculos y actriz Fabiola Yáñez, en Puerto Madero, uno de los sectores más caros de Buenos Aires.
Entre sus aficiones está la guitarra, compone canciones románticas y es un apasionado del rock argentino. También es fanático de Argentinos Juniors, el equipo en el que empezaron Diego Maradona y Juan Román Riquelme.
Fuente: La Jornada/ Agencias