Normalistas de Ayotzinapa que demandan la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos en Iguala se enfrentaron con elementos de la Policía Federal y Policía Estatal en el libramiento Chilpancingo-Tixtla.
El saldo de la trifulca, que duró una hora, fue de cinco heridos, cuatro de la Policía estatal y un normalista.
El enfrentamiento inició cuando varios autobuses en donde viajaban unos 200 normalistas y padres de los desaparecidos se dirigían a Chilpancingo para realizar protestas.
Sin embargo, en el viaducto de la carretera de cuota estaban esperándolos más de 300 policías federales y estatales, y en la retaguardia había elementos de la Policía Militar del grupo antimotines.
En la gresca, los normalistas arrojaron piedras y petardos contra los policías, y éstos a su vez lanzaron gases lacrimógenos y repartieron toletazos.
Al final, después de más de una hora del choque, los normalistas se replegaron y se regresaron en sus autobuses a las instalaciones de su escuela en Tixtla.
Durante el enfrentamiento, los policías federales agredieron a un grupo de personas que viajaba en un autobús procedente de Chilapa.
Los agentes pensaron que en este vehículo se trasladaban normalistas de Ayotzinapa y por eso arremetieron contra la unidad causándole destrozos.
Los normalistas y padres de familia viajaban a Chilpancingo para exigir la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos en Iguala y que no haya elecciones el domingo.
Desde la mañana, policías federales y estatales instalaron retenes en el libramiento Chilpancingo-Tixtla. También colocaron otro en la carretera federal Chilpancingo-Tixtla, a la altura del lugar conocido como “El Molino”.
En el sitio anterior, los policías estatales y otros con equipo antimotines paraban a todos los vehículos y bajaban a la gente para revisar sus pertenencias.
De esa manera, los gobiernos federal y estatal colocaron filtros para impedir el paso a los normalistas y padres de familia.
Fuente: Reforma