La empresa en cuestión se trata de Valores Sudamericana (ex Ciccone Calcográfica), liberada de su quiebra por organismos oficiales, que gozó de privilegios gubernamentales y de quién no se sabe quiénes son sus dueños o socios, una cuestión crucial para los críticos que afirman se trata de la expropiación más surrealista de la historia latinoamericana.
El Congreso argentino aprobó esta noche una expropiación sin precedentes en la historia. El Estado, a partir de ahora, asume como propia una empresa cuyos dueños son un misterio, el origen de parte de sus fondos un secreto y su actividad, actual, fabricar papel moneda de curso legal. Se trata de Valores Sudamericana (ex Ciccone Calcográfica), la compañía liberada de su quiebra por organismos oficiales que gozó de privilegios gubernamentales. La Justicia la investiga por, entre otros presuntos delitos, tráfico de influencias y lavado de dinero. En esa causa se encuentra bajo sospecha el actual vicepresidente Amado Boudou y su círculo íntimo.
«¿De quién es Ciccone?» «¿Qué estamos expropiando?». Carteles con estas leyendas quedaron colgados ne los escaños de buena parte de los diputados que estaban en contra de la expropiación. La pregunta, en todas sus variables, quedó sin respuesta. La curiosidad de los legisladores no quedó satisfecha porque Old Found la sociedad propietaria de la ex Ciccone sigue siendo de un grupo desconocido de accionistas sobre los que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no tiene interés en saber o dar a conocer su nombre.
La votación se saldó con 145 votos favor, 77 en contra y cinco abstenciones. Los argumentos esgrimidos por el oficialismo son «la utilidad pública» y la recuperación de la «soberanía monetaria».Alfonso Prat Gay, diputado de Coalición Cívica y ex presidente del Banco Central rechazó esa tesis porque, de ser cierta, dijo, «el camino habría sido comprar dos máquinas (para imprimir) y no la expropiación» cuyo alcance tampoco conocieron los diputados que, en repetidas ocasiones, pidieron explicaciones para saber si el Estado se quedaba solo con la maquinaria o con las acciones .
Consumada la expropiación más surrealista de la historia quedan en el recuerdo algunas frases de diputados oficialistas del Frente para a Victoria (FpV) para justificar el anonimato de los integrantes de una firma cuyas actividades turbulentas puso entre las cuerdas al número dos del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y, de rebote, a ésta.Diana Conti, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, justificó el mutismo de Boudou: «el vicepresidente no tiene por qué dar explicaciones».
La legisladora que se declara públicamente «estalinista» y «defensora de Stalin» calificó a la oposición de, «borregos que leen Clarín y La Nación…No tienen vergüenza». En ese rebautizado rebaño de legisladores se encuentra Laura Alonso, la diputada «macrista» (centro derecha) acusada de española como si fuera un insulto durante la expropiación de Ypf a Repsol que, en su intervención en la Comisión, calificó a Boudou de «corrupto y mentiroso» y la ley de «aberrante» con el fin de “encubrir” al vicepresidente.
Ricardo Gil Lavedra, diputado de la opositora UCR (Unión Cívica radical) y ex magistrado que sentó en el banquillo a la cúpula de la dictadura militar, denunció la connivencia de los organismos de control, fiscalización e inspección en el caso de la ex Ciccone como se conoce a la empresa absorbida por el Estado. Entre sus argumentos advierte que se «consolida un cuadro de corrupción y de impunidad… Ni siquiera se sabe a quién se expropia», protestó. El diputado del Frente peronista, Gustavo Ferrari, contrario a la medida y al decreto que la impulsó advirtió, «la propiedad privada ahora hoy está a tiro de un decreto».
Para la expropiación al Gobierno le bastaba y sobraba la mayoría que posee. No obstante, contó con los votos del grupo de Fernando «Pino» Solanas, del peronista federal Felipe Solá, «las formas son indignantes pero votamos a favor», dijo éste y «el juecismo», una agrupación cordobesa que lidera el ex candidato a gobernador, Luis Juez.
Otro de los datos de esta pintoresca expropiación express es que se tramitó en tiempo récord. El primer pasó se dio hace una semana en el Senado. La Cámara alta estuvo presidido por el mismísimo vicepresidente Boudou. La ley ratificada ayer en el Congreso fue objeto de un acalorado debate donde el diputado del Frente para la Victoria, Jorge Yoma, dijo: «Quieren voltear al vicepresidente». La pregunta del millón es quién recibirá el dinero de la expropiación y su cuantía.
Fuente: AFP
