El número de muertos en Brasil por la pandemia de la Covid-19 superó los 20 mil y la de infectados los 310 mil, en momentos en que unas 400 organizaciones políticas y sociales junto a siete partidos políticos presentaron un pedido de juicio político contra el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro y los militares insisten en que no habrá golpe de Estado
Por Juraima Almeida*
El jueves, en Brasilia, líderes políticos de siete partidos de centroizquierda, abogados, intelectuales, artistas y organizaciones sociales formalizaron ante la Cámara de Diputados un pedido colectivo de juicio político al presidente Jair Bolsonaro. Para que se pueda abrir el proceso de juicio político son necesarios 342 votos en la Cámara de Diputados; para evitarlo Bolsonaro precisa el apoyo de al menos 171 legisladores.
El documento fue firmado por el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Socialismo y Libertad (Psol), el Partido Comunista de Brasil, el Partido Comunista Brasileño, el Partido de la Causa Obrera, el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado y Unidad Popular, además de 400 organizaciones sindicales y sociales.
En el mismo se acusa al presidente de haber cometido crímenes de responsabilidad, de atentar contra la salud pública y de arriesgar la vida de la población por su comportamiento frente a la pandemia de covid-19, incumpliendo directivas de la Organización Mundial de la Salud para la adopción de medidas de distanciamiento social e incitar a actos y aglomeraciones, entre otros actos pasibles de ser castigados con la pérdida de su investidura.
Asimismo, se acusa a Bolsonaro de estimular los actos contra la democracia, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal, de agredir a la prensa brasileña, de provocar actos de violencia física y verbal contra los periodistas y de atacar a la economía popular. De igual manera se le culpa de violar la Constitución, al cometer delitos de responsabilidad contra el libre ejercicio de los poderes Legislativo y Judicial, y los constitucionales de los estados y municipios.
La presidenta del PT, la diputada, Gleisi Hoffmann, afirmó que Bolsonaro actúa con negligencia ante las víctimas de covid-19, con los trabajadores más pobres y con los dueños de los comercios más pequeños: los créditos prometidos jamás llegaron y siguen los despidos. “Sólo sabe pelear todo el tiempo y está permanentemente en medio de crímenes de todo tipo, incluso algunos de responsabilidad y crímenes electorales”.
El desmanejo por parte de Bolsonaro de la pandemia de la Covid-19 está provocando el rechazo e interpelación de diferentes figuras públicas. Everton Sousa Soares, integrante del Gremio y de la Selección brasileña, luego de la muerte de su abuelo por coronavirus denunció en sus redes sociales: «No es una simple gripecita (como la había calificado el mandatario) y está más cerca de lo que pensamos».
No habrá golpe, ¿no habrá golpe?
Intentando hacer frente a las suspicacias de los medios, uno de los generales que integran el gabinete ministerial del mandatario ultraderechista, el general Augusto Heleno, a cargo del Gabinete de Seguridad Institucional tras comandar las fuerzas de la Minustah en Haití, descartó de plano la posibilidad de que haya un golpe de Estado, una intervención militar o la instalación de una dictadura militar.
Quizá quiso morigerar las palabras en plena Cámara del diputado federal Bia Kicis, un aliado de Bolsonaro, quien defendió este jueves una intervención militar constitucional en caso de que no dejen gobernar al actual presidente. Kicis se quejó de la «verdadera ingeniería de pánico» durante la pandemia, del «sensacionalismo» ,la inflación del número de muertes por la enfermedad, la cobertura de la prensa y rechazó el aislamiento social.
Luego declaró que el poder judicial no es digno de «supremacía» y argumentó que las Fuerzas Armadas son la instancia suprema de la aplicación de la ley.
Heleno, de 72 años, dijo que “los militares no van a dar un golpe. Eso no pasa por la cabeza de nuestra generación, que fue formada por aquella generación que vivió el hecho de estar contra el gobierno y hacer la contrarrevolución de 1964”, durante una transmisión en vivo en la que participaron personalidades políticas de varios partidos.
“No pasa por nuestra cabeza la dictadura ni las intervenciones. Esas son provocaciones hechas por algunas personas que no tienen el coraje de decir cuál es su ideología, que se pasan provocando a los militares para ver si nosotros reaccionamos”, afirmó. Paralelamente, dos comunicados emitidos en el último mes por el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, insisten en el compromiso castrense con la Constitución.
Las palabras de Heleno, para muchos quien mueve los hilos del gobierno, llegaron luego que Bolsonaro participara en Brasilia en actos públicos – inequívocamente golpistas- , en los que los convocantes pidieron a los militares la intervención contra el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.
Pero Heleno, al igual que Bolsonaro, culpó a los medios : “Existe una contaminación total por parte de un sector de la prensa. Esto sólo puede ser para derrumbar al presidente de la República. No hay otra explicación”, dijo.
Días atrás, Bolsonaro colocó en este grupo a los diarios Folha y O Estado de São Paulo y a los pertenecientes al Grupo Globo. “Los medios únicamente critican al gobierno, y eso es lamentable porque va contra nuestra visión de la democracia y la libertad de prensa”, agregó Heleno.
* Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
Fuente: Estrategia.la/ Kaosenlared