El ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén asumió la presidencia de El Salvador para gobernar por cinco años, con el desafío de frenar las pandillas, lograr el crecimiento de la economía y combatir la pobreza del 40 por ciento de la población.
“¡Sí, protesto!”, dijo Sánchez Cerén al momento que el presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes, le tomó el juramento y le impuso la banda presidencial con lo que quedó investido como nuevo Presidente.
El nuevo Mandatario prestó juramento frente a 13 jefes de Estado y Gobierno, representantes de más de 100 delegaciones internacionales y más de 6 mil invitados a la ceremonia solemne en el Anfiteatro del Centro Internacional de Ferias y Convenciones de la capital salvadoreña.
“Después de largos años de lucha por la justicia y la democracia en mi país, recibo con humildad y profundo respeto la banda presidencial, la recibo con el compromiso de ejercer la presidencia para todos los salvadoreños”, destacó el nuevo Mandatario en su discurso.
“Ejerceré la Presidencia con honradez, austeridad, eficiencia y transparencia”, prometió.
“Trabajaré incansablemente para alcanzar los grandes acuerdos de nación que nos permita resolver los principales problemas del país y que faciliten la construcción de los cambios estructurales que El Salvador necesita”, sostuvo además.
También fue juramentado como vicepresidente el también ex comandante Óscar Ortiz, de 53 años, quien en los últimos años fue el popular Alcalde de Santa Tecla, una ciudad vecina a San Salvador.
Sánchez Cerén es el cuarto ex guerrillero en llegar al poder en América Latina, después del nicaragüense Daniel Ortega, el uruguayo José Mujica y la brasileña Dilma Rousseff.
Fuente: AFP