El presidente Evo Morales ganó un cuarto mandato consecutivo en Bolivia, sin necesidad de ir a segunda vuelta, resultado que fue desconocido por su más cercano rival, Carlos Mesa, quien llamó a una batalla en defensa del voto.
Morales obtuvo 46.86 por ciento de los votos, de acuerdo con los datos actualizados de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que dieron a Mesa 36.73 por ciento, lo que da una diferencia de más de 10 por ciento entre ambos candidatos, con un escrutinio de 95.22 por ciento, por lo que no habrá segunda ronda.
Horas antes el Órgano Electoral Plurinacional indicó que la diferencia era de 46.87 a favor de Morales contra 36.73 de Mesa, lo que aumentó la presión de los opositores.
La misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó su profunda preocupación y sorpresa por el cambio en la tendencia, ya que el domingo por la noche todo apuntaba a una segunda vuelta.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) paralizó la difusión del escrutinio el domingo, tras un primer y único informe de conteo rápido de 84 por ciento de las actas que daba 45.28 a Morales y 38.16 por ciento a Mesa, datos que anticipaban una segunda ronda el 15 de diciembre.
Según la Constitución boliviana, el ganador en primera vuelta debe obtener 50 por ciento más uno de los votos o al menos 40 por ciento de los sufragios con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo lugar.
La decisión del TSE generó suspicacias y nutrió las denuncias que Mesa venía realizando desde el pasado fin de semana, de que habría fraude electoral. En Santa Cruz, feudo opositor, Mesa convocó a ciudadanos y organizaciones civiles “para llevar adelante una batalla en defensa del voto.
Lo que los cabildos adelantaron ha ocurrido, un fraude escandaloso por acción de este Tribunal (Supremo Electoral) que es una vergüenza, sostuvo Mesa en una improvisada rueda de prensa en la ciudad de Santa Cruz, donde anunció que emprenderá una resistencia democrática contra la relección de Morales.
Horas antes, el gobierno de Bolivia y una misión de observadores de la OEA pactaron establecer un equipo de acompañamiento permanente del escrutinio de las elecciones presidenciales.
Al cierre de esta edición, una turba enardecida incendió el frontis de la sede del tribunal electoral de la capital oficial, Sucre, unos 700 kilómetros al sureste de La Paz, en medio de gritos de: ¡fraude! y ¡Sucre de pie, nunca de rodillas! haciendo retroceder a la policía antimotines.
Tras un intenso enfrentamiento con policías, los inconformes mantienen una vigilia en el tribunal electoral, cuyos miembros abandonaron el lugar, según reportó el portal del diario Correo del Sur, de Sucre.
En Oruro (sur), cientos de jóvenes intentaron ocupar la sede del tribunal electoral, pero fueron dispersados con bombas de gas lacrimógeno por la policía antimotines, según el portal Doble Impacto.
En Cochabamba (centro) grupos de manifestantes rompieron la valla perimetral del rector de escrutinio, pero fueron contenidos por la policía, reportó el diario Opinión.
Colectivos de Potosí (suroeste) protestaron en demanda de mayor fluidez en los registros de votación, mientras Carlos Mesa anunció que no reconocerá el resultado electoral por fraude.
En La Paz, grupos de opositores protestaban en las calles acusando al tribunal electoral de urdir un fraude en favor de Morales, mientras los oficialistas reivindicaban la relección del gobernante indígena en primera vuelta. Se reportó que la policía lanzó gas lacrímogeno contra manifestantes.
La oficialista Coordinadora Departamental por el Cambio (Codelcam) se declaró en estado de emergencia y llamó a una concentración masiva para hoy en la plaza de San Francisco, en La Paz.
Según la Codelcam, el voto rural garantiza el triunfo de Morales y descartó ir a una segunda vuelta.
Fuente: AFP/ AP/ Prensa Latina/ Europa Press