Evidenciada, la PGR se lanza contra los forenses argentinos

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Si no lo hace con las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, o con las familias de los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, o con la indignada opinión pública extranjera y mexicana, o con organismos mundiales como la ONU, el gobierno de Enrique Peña Nieto arremete entonces contra los expertos que invitó para que auxiliaran en el esclarecimiento de los hechos de Iguala; es el caso del Equipo Argentino de Antropología Forense. Un especialista de la ONU afirma que en sus 20 años de trabajo en derechos humanos nunca escuchó cuestionamientos de gobiernos hacia la integridad científica y profesional del EAAF como ahora los hace México.

Por Marcela Turati/ Proceso

Durante más de una década de trabajo en México, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) se ha convertido en un testigo incómodo para las autoridades mexicanas. Desde que participó en las investigaciones de los llamados feminicidios en Ciudad Juárez, pasando por las masacres de migrantes en Tamaulipas o en el caso Ayotzinapa, ha señalado el desaseo de la justicia mexicana en la búsqueda, exhumación e identificación de restos.

Su crítica sobre los procedimientos forenses ha sido llevada a cortes internacionales o quedó plasmada en informes finales de las misiones a las que ha sido invitado. La última exhibida públicamente fue el informe final que presentó a los padres de los normalistas de Ayotzinapa, del que se desprende que “la verdad histórica” planteada el 27 de enero por el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, para cerrar el caso de la desaparición de los 43 estudiantes, es insostenible pues le falta rigor científico.

Los enjuagues

El informe deja entrever que, con tal de hacer cuadrar la versión oficial de que los estudiantes fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula, la PGR forzó resultados, ocultó información y apresuró conclusiones, además de cometer errores que pusieron en riesgo la identificación de los restos recogidos en el Río San Juan y enviados a Austria para su análisis.

El informe de la EAAF insistió también en que no le consta de dónde salió el hueso del estudiante Alexander Mora Venancio, el único identificado con pruebas genéticas, ya que el equipo no estuvo presente al momento en que unos buzos de la Marina supuestamente lo rescataron del Río San Juan. Refirió que tampoco le ha sido mostrada la cadena de custodia de esa diligencia con el reporte exacto de los hechos.

“Simplificaron enormemente la evidencia y sólo vieron una posibilidad que tiende a coincidir con la historia que presentaron. Usan la ciencia para justificar los testimonios (aportados por los sicarios) en vez de usarlos para contrastar”, declaró ese día un integrante del equipo consultado por la reportera.

“La evidencia física debe ser interpretada en todas sus posibilidades, sin dar preferencia a aquellas interpretaciones que sólo incluyen una posible coincidencia con los testimonios de los imputados”, indicaba su explosivo informe dado a conocer el sábado 7.

Ese día el equipo hizo público que la PGR erró en 20 de 134 perfiles genéticos de los familiares enviados a Austria; omitió decir que el basurero –donde supuestamente fueron calcinados los 43 estudiantes– ha sido un lugar de quema desde hace cuatro años y que al menos contenía el cadáver de una persona que no es ninguna de los estudiantes (por lo que las evidencias presentadas por la dependencia pueden corresponder a otros eventos o personas); recolectó evidencias balísticas y tierra a espaldas del EAAF, y dejó sin vigilancia el basurero, a pesar de ser un “sitio clave” para la investigación, “entre otras serias dificultades”.

En el comentario que ese miembro del equipo hizo a la reportera (el EAAF no acostumbra dar entrevistas) señaló: “No íbamos a hacer esto público. Lo normal hubiera sido que los dos equipos hubiéramos presentado nuestras conclusiones al mismo tiempo, al final de la investigación, pero con lo dicho en la conferencia no nos dejaron otra opción”. Se refería a las declaraciones de Murillo señalando que el equipo sí estuvo presente durante todo el proceso y que más de 100 peritos mexicanos avalan su dicho.

“Sencillito” contra forenses argentinos

La respuesta de la PGR fue a través de un comunicado difundido el lunes 9; en éste criticó al prestigiado equipo forense, al que, en pocas palabras, le contestó que no debía entrometerse, que carecía de expertos como los de PGR y que extralimitaba sus facultades al querer estar en todo el proceso.

“Ha quedado plenamente comprobado que los sedimentos y otros indicios encontrados en la bolsa del Río San Juan, corresponden químicamente a los encontrados en el Basurero de Cocula, por lo que cualquier opinión diferente a ese respecto resulta hipotética y lejana a la realidad”, indica el comunicado, el cual añade que la PGR “no acepta duda alguna” sobre la actuación de las autoridades y las evidencias recogidas.

Sin embargo, el boletín contradice las declaraciones de los más altos funcionarios de la PGR y su propio contenido.

Mientras en una parte expresa que “el EAAF no es autoridad y su función se circunscribe únicamente al análisis antropológico y genético, por lo que no tiene razón de firmar la cadena de custodia”, en la conferencia del viernes 27 Tomás Zerón, el encargado de la investigación, señaló: “En todos los eventos en el río están los peritos argentinos, esto aunado a que también en el embalaje que hacemos en el lugar de los hechos viene firmado por ellos. Entonces tenemos los elementos para también poder acreditar de que estuvieron en cada uno de los eventos”.

O sea que sí firman documentos. A contracorriente de Murillo y Zerón, los argentinos sostienen que no fueron convocados al río donde eran buscados los restos.

Ante la crítica del equipo argentino porque el basurero quedó sin custodia del 7 al 27 de noviembre, a pesar de ser el sitio clave para la investigación, la PGR explica que “no era necesario mantener preservado el lugar, dado que se habían practicado en su totalidad las pruebas y no había mayores indicios que aportaran a la investigación”.

Sin embargo, en otra parte del comunicado la dependencia menciona que el 15 de noviembre sus peritos encontraron “elementos balísticos” (40 piezas); esto significa que debían haberse mantenido bajo custodia porque el sitio aún tenía evidencias.

Ante el señalamiento del EAAF de que peritos de la PGR entraron a escondidas del equipo argentino ese día para recolectar elementos balísticos y muestras de tierra, el Ministerio Público Federal reviró con esta explicación: “No se encontraban acreditados peritos en materia de balística ni de ninguna otra disciplina que no fuera antropología, criminalística y genética dentro de su grupo, y el propósito de la diligencia era la recolección de elementos balísticos, por lo que no era necesario que ellos estuvieran presentes”.

El miembro del equipo argentino consultado sobre ese punto mencionó que entre los 30 forenses provenientes de ocho países que investigan de su parte el Caso Ayotzinapa está un experto muy experimentado, quien durante una década fue jefe de balística de la morgue de uno de los países más violentos y tuvo reuniones con sus colegas de la PGR en sus laboratorios.

“(El experto) participó en la recolección de evidencias durante toda la primera etapa del trabajo en el basurero de Cocula, hasta que decidieron actuar por su cuenta. Otra duda que salta es ¿cómo sabía la PGR que iba a encontrar balas en esa inspección y que era innecesario invitarnos? En esa diligencia no sólo levantaron balas; también muestras de tierra que corresponden al área de criminalística”, planteó.

El único error que la PGR reconoce, y eso a medias, es el de la mala transcripción de 20 de 134 perfiles genéticos tomados a los familiares y enviados al laboratorio de la Universidad de Innsbruck, al que califica como “error administrativo”, aunque, a decir de los argentinos, puso en riesgo la identificación de 16 de los 43 estudiantes.

Soberbia preocupante

Los señalamientos y descalificaciones de la PGR contra foerenses argentinos preocupan a Ariel Dulitzky, presidente relator del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias (GTDFI) de la ONU: dice que en sus 20 años de trabajo en derechos humanos nunca escuchó cuestionamientos de gobiernos “hacia la integridad científica y profesional” del EAAF. “Por lo menos no tengo conocimiento de un solo caso.

“Si (el gobierno mexicano) invita a un grupo externo de expertos, lo mínimo que debería de hacer es escuchar observaciones y tomarlas seriamente, y parece que no está haciéndolo. Es un signo preocupante esta misma actitud si la pretendiera tener con el grupo interdisciplinario de la Comisión Interamericana”, dice sobre el grupo de expertos enviados por la CIDH que en marzo comenzará a investigar el caso.

En entrevista telefónica, Dulitzky cuestiona la verdadera voluntad del gobierno mexicano de transparentar su trabajo: “Por un lado se abren a la supervisión y a la asistencia internacional; por otro se cierran las puertas justo antes de que se empiece a efectivizar parte de esta cooperación”. Parte de su preocupación es que los comunicados sacan a relucir que a los argentinos no se les dieron todas las facilidades ni se les notificaron todas las acciones que se llevarían a cabo; como si eso no tuviera “suficiente importancia”.

A este abogado, también argentino y académico e investigador en la Universidad de Texas, en Austin, le llaman la atención los tiempos en los que Murillo Karam presentó su “verdad histórica” con la que concluía las investigaciones. “Lo hace en un momento que para mí es llamativo: justo unos días antes de que México tenía su examen ante el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, y justo unas semanas antes de que el grupo interdisciplinario de expertos de Comisión Interamericana llegue a México. Esto muestra ciertas ambivalencias y contradicciones del gobierno federal”.

“Usan la ciencia para justificar los testimonios (aportados por los sicarios) en vez de usarlos para contrastar”: Equipo de peritos argentinos contra versión de la PGR

Fuente: Proceso

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