La CIA destruyó su base Eagle en Kabul este jueves mediante una detonación programada, reporta The New York Times con referencia a sus fuentes entre oficiales activos y veteranos de la agencia.
Según se detalla, la explosión tenía como objetivo inutilizar objetos sensibles en esa última instalación de la Inteligencia estadounidense en el territorio afgano fuera del aeropuerto. Aunque estaba planeada, se materializó pocas horas después del atentado terrorista que acabó con las vidas de más de 170 personas, entre ellas 13 soldados estadounidenses, generando rumores de un nuevo ataque contra la misión de evacuación de Afganistán.
Según explicó un antiguo colaborador de la CIA, la necesidad de una detonación surgió por el carácter de los objetos que quedaban en la base. A diferencia de la Embajada, donde se podían quemar los documentos y destrozar los discos duros con relativa rapidez, en Eagle había equipos sensibles que no debían caer en manos de los talibanes*.
Establecida en una antigua fábrica de ladrillos poco después de la invasión estadounidense en Afganistán, la base Eagle fue creciendo hasta convertirse en un complejo bien protegido donde se entrenaba a las fuerzas antiterroristas de la Inteligencia afgana. Las fuentes del diario indican que, a diferencia de la mayor parte de las tropas gubernamentales, estas continuaron ejerciendo resistencia incluso cuando el sistema colapsó.
“Eran una unidad excepcional. Fueron uno de los principales medios que ha utilizado el Gobierno afgano para mantener a raya a los talibanes durante los últimos 20 años. Fueron los últimos en luchar y sufrieron muchas bajas”, cita The New York Times al exoficial de la CIA Mick Mulroy.
Fuente: RT/ NYT