La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el FBI están utilizando directamente los servidores centrales de nueve empresas importantes de internet en Estados Unidos, extrayendo audios, videos, fotografías, correos electrónicos, documentos y conexiones que le permitan a los analistas rastrear los movimientos y contactos de una persona durante algún tiempo, de acuerdo con un reportaje de The Washington Post.
“Este programa ultra-clasificado, cuyo código es PRISM, no ha sido dado a conocer públicamente. Su creación en el 2007 y los seis años de crecimiento exponencial han sido bajo la superficie de un debate sobre los límites que debe haber respecto a la vigilancia y privacidad. Aún a finales del año pasado, cuando los críticos del estatuto de inteligencia en el extranjero argumentaron que debían hacerse cambios, los únicos miembros del Congreso que saben acerca de la existencia de PRISM no han podido hablar de eso porque hicieron un juramento”, según el reportaje.
La presentación interna de esta operación que se efectuó en Silicon Valley, dirigida a analistas de alta jerarquía del Directorio de Señales de Inteligencia de la NSA, describieron esta nueva herramienta como la que ha contribuido más prolíficamente a la Actualización Diaria al Presidente, que el año pasado citó la información de PRISM en 1 mil 477 artículos.
De acuerdo a las diapositivas de actualización, obtenidas por The Washington Post, “con mayor frecuencia, el NSA depende del PRISM” como su principal fuente de material, representando casi 1 de 7 reportes de inteligencia.
Esta es una cifra importante en una agencia que mide sus resultados anuales en trillones de comunicaciones. También es algo notable debido a que la NSA, cuya misión legal es la inteligencia del extranjero, está llegando más al fondo de la maquinaria de las empresas estadounidenses que albergan a cientos de millones de cuentas de estadounidenses en este país.
Las empresas de tecnología, que participan conscientemente en las operaciones PRISM, incluyen a las corporaciones más dominantes a nivel global de Silicon Valley. Están enlistados en un grupo que utiliza sus logos para entrar al programa: “Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube, Apple”. PalTalk, aunque en mucho menor parte, ha albergado un tráfico significativo durante la Primavera Árabe y la actual guerra civil de Siria.
Dropbox, la nube de almacenamiento y servicio de sincronización, “entrará en funciones próximamente”.
Funcionarios gubernamentales se rehusaron a comentar para la redacción de este artículo.
PRISM es un heredero, en cierto sentido, de una historia de alianzas de inteligencia que se tienen con unas 100 empresas confiables de Estados Unidos desde los años 70. La NSA las tiene catalogadas como Operaciones de Fuentes Especiales y PRISM cae en ese rubro.
Según el Post, la operación de Silicon Valley trabaja bajo un programa paralelo, con el código BLARNEY, que reúne “metadatos” -paquetes de domicilios, mecanismos distintivos y demás- mientras pasa por cuellos de botella a lo largo de la columna vertebral del Internet.
El sumario del programa ultra –secreto BLARNEY, colocado a un lado de la insignia de una caricatura en donde aparece un trébol y el sombrero de un duende, lo describe como “un programa vigente que recopila la inteligencia de la comunidad y sociedades comerciales para tener acceso y explotar la inteligencia del extranjero obtenida de redes globales”.
Sin embargo, el programa PRISM se parece más a la controvertida orden de vigilancia ilegal emitida por el presidente George W. Bush después de los ataques de al-Qaeda el 11 de septiembre del 2001, según The Washington Post.