En el aniversario de la fracasada invasión de Playa Girón operada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en 1961, el régimen de Donald Trump anunció otra ofensiva contra Cuba incluyendo medidas extraterritoriales para frenar la inversión internacional en ese país, limitar los viajes y el turismo a la isla y el envío de fondos con la intención explícita -como lo fue hace 58 años- de derrocar al gobierno cubano y resucitar la Doctrina Monroe.
Por primera vez, el gobierno estadunidense dejará entrar en vigor a partir del 2 de mayo el Título III de la Ley Helms-Burton, suspendida repetidamente por presidentes de ambos partidos desde que la ley fue promulgada por el presidente (demócrata) Bill Clinton en 1996, que permite la presentación de demandas contra empresas extranjeras ante tribunales estadunidenses por sus inversiones en propiedades expropiadas en Cuba después de la Revolución.
Con ello, estadunidenses, incluyendo los cubanos naturalizados aquí, podrán interponer demandas a cualquier empresa que se beneficia con “traficar” con sus antiguas propiedades.
El secretario de Estado, Mike Pompeo declaró que se tomó esta decisión porque “el detente con este régimen ha fracasado” tanto por la falta de cambio interno como por “el comportamiento de Cuba en el Hemisferio occidental que mina la seguridad y estabilidad de los países a lo largo de la región, lo cual directamente amenaza los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
Acusó que Cuba “ha exportado sus tácticas de intimidación, represión y violencia… a Venezuela en apoyo directo del régimen de (Nicolás) Maduro”.
Pompeo concluyó: “hoy estamos haciendo que el gobierno cubano rinda cuentas por confiscar bienes estadunidenses. Estamos ayudando a aquellos que fueron robados por el régimen a que sean compensados por sus propiedades (…) y estamos promoviendo los derechos humanos y la democracia para el pueblo cubano”.
Poco después, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton anunció en Miami -en un acto de conmemoración del 58 aniversario de la invasión de Playa Girón con veteranos cubano-estadunidenses que participaron en esa operación de la CIA para derrocar a Fidel Castro- que el gobierno impondrá límites sobre el monto de dinero que los cubano-estadunidenses pueden enviar a familiares en la isla (mil dólares por persona por trimestre) así como nuevas restricciones sobre viajes de estadunidenses sin familiares en la isla.
También Nicaragua y Venezuela
A la vez, también anunció sanciones económicas adicionales contra Venezuela y Nicaragua.
Estos pasos no sólo revierten partes claves del avance histórico hacia la normalización de la relaciones bilaterales con Cuba impulsadas por el presidente Barack Obama -las cuales fueron condenadas este miércoles por Bolton como “desastrosas” -sino que intensifican la ofensiva contra el gobierno cubano junto con el venezolano y el nicaragüense o lo que Bolton ha llamado la “troika de la tiranía”.
Bolton, en su discurso no ocultó el propósito de todo esto: “Estados Unidos espera ver caer cada esquina de este sórdido triángulo: en La Habana, en Caracas, y en Managua”.
Señaló que estas medias también son una “advertencia” contra “actores externos” en apoyar estos regímenes, señalando en particular a Rusia, y para dejar todo claro, afirmo: “hoy orgullosamente proclamamos para que todos nos oigan: la Doctrina Monroe esta viva y coleando”.
La medida para permitir potencialmente miles de demandas en tribunales estadunidenses ya ha generado reacciones adversas, con países europeos y Canada emitiendo una declaración conjunta afirmando que rechazan la medida unilateral “extraterritorial” ya que es contraria al derecho internacional. De hecho, oficiales de la Unión Europea ya habían advertido a Washington que contemplarán demandar a Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio.
A la vez, varias agrupaciones y ex funcionarios que participaron en promover la “normalización” de relaciones bajo Obama expresaron su disgusto con el retorno a una política basado en el bloqueo y la agresión estilo guerra fría que, según ellos, había fracasado durante más de medio siglo.
José Pertierra, abogado y experto en la relación bilateral, comentó a La Jornada que “me llama la atención que anunciaron todo esto el 17 de abril, día en que a fin de cuentas marca la derrota de Estados Unidos en Playa Girón. Esto acabará como un Girón político para ellos, otro fracaso más”.
Fuente: La Jornada