Un país que se propone liderar el Planeta y servir de referente de la democracia, la libertad y el éxito económico, ha debido lidiar recientemente en su agenda pública con temas que resultan más propios de la ciencia ficción: la existencia de las sirenas, la inminencia de un apocalipsis zombi y hasta la amenaza de una próxima invasión extraterrestre. Por cierto, la abrumadora mayoría de los americanos considera que Barak Obama, cuyo viaje al planeta Marte ha sido desmentido, sería mejor líder que Mitt Romney para hacer frente a los alienígenos depredadores.
Por Pascual Serrano*
Algunos detalles pueden ayudar a conocer mejor a una sociedad, sus valores, su ideario, su nivel de racionalidad, su grado de educación y cultura. En el caso de Estados Unidos recientes inquietudes de los ciudadanos, reacciones ante determinados acontecimientos y noticias, aclaraciones de su gobierno y resultados de encuestas pueden resultar elocuentes… y preocupantes.
Por ejemplo, que un programa de ficción en televisión sobre criaturas míticas, Mermaids: The Body Found, del canal Discovery Channel’s Animal Planet Network, provocó que muchos espectadores estadounidenses estuvieran convencidos de la existencia de las sirenas. Hasta tal punto que las autoridades norteamericanas, concretamente el National Ocean Services (NOS), tuvieran que salir al paso con un comunicado oficial afirmando que no hay evidencias de la existencia de sirenas. “Nunca se han hallado evidencias de humanoides acuáticos” comunicó el organismo en su web. El artículo fue escrito a partir de fuentes accesibles al público porque “no tenemos un programa de ciencia sobre sirenas”, anunció la portavoz del NOS Carol Kavanagh a la BBC.
No es esta la primera paranoia ciudadana estadounidense a la que atienden diligentemente sus gobernantes. En noviembre de 2011, la Casa Blanca tuvo que negar oficialmente la existencia de vida extraterrestre, a través de la Oficina de Ciencia y Tecnología de Washington, cuyo director dijo en una nota “El gobierno de EE.UU. no tiene evidencia de que exista ningún tipo de vida fuera de nuestro planeta o que una presencia extraterrestre haya contactado con ningún miembro de la raza humana. Además, no existe información creíble que sugiera que tengamos pruebas que se oculten a la opinión pública”.
La Casa Blanca parece que está muy ocupada preparando desmentidos. En enero de este año, tuvo que negar oficialmente a través de Tommy Vietor, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, que la CIA hubiera teletransportado a Obama al planeta Marte cuando tenía 19 años junto con otros nueve jóvenes, lo que explicaría toda la polémica existente en torno a su partida de nacimiento. Entre 1981 y 1983, Obama se supone que visitó Marte dos veces, por medio de una cámara de teletransporte llamada “la habitación del salto”, una especie de salita por donde entrabas por una puerta terráquea y salías por una en Marte, algo parecido a la puerta del armario de Narnia, pero adaptada al futurismo ochentero de la época.
Las encuestas han revelado que casi 80 millones de estadounidenses, un tercio de la población adulta, creen que el planeta Tierra está amenazado por la existencia de una vida inteligente en el espacio que podría estar pensado en invadirnos. De hecho, el 79% de los ciudadanos de Estados Unidos considera que su Gobierno ha guardado en secreto la información sobre los OVNI’s.
Y sigue la racha. Un mes antes del asunto de las sirenas, los Centros Federales para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC) declararon que no había pruebas tangibles de que existan zombies: “Los CDC no están al tanto de la existencia de un virus o una enfermedad susceptible de revivir a los muertos”, escribió el portavoz David Daigle. El desmentido se originó a partir de varios incidentes en Estados Unidos en los que personas supuestamente comían carne humana y que habían repercutido tanto en internet que el término “apocalipsis zombie” llegó a ser el término de búsqueda más popular en Google en aquellas fechas.
Claro que el propio CDC había colaborado en la psicosis, lanzando un programa para preparar a la población del país para un posible, aunque poco probable, ataque de no muertos deseosos de cerebros. En su web ofrecieron numerosas recomendaciones sobre qué hacer en el caso de desatarse una ‘epidemia zombi’. Entre sus principales consejos, llevar siempre encima comida, agua y un kit de emergencias con medicamentos. Además, proponían otras recomendaciones básicas como organizarse, buscar un refugio y preparar un plan de salida por si dejara de ser seguro. “Si estás preparado para un apocalipsis zombi, estás preparado para cualquier tipo de desastre”, aseguraba Dave Daigle, portavoz del CDC. Según las estimaciones de la organización, los lugares más seguros del país para sobrevivir a los ataques de las hordas de no muertos son los estados de Kentucky, Utah y Montana. En Nueva York, en cambio, no sobreviviría casi nadie.
Para conocer cómo estas tontunas pueden obsesionar a una sociedad como la estadounidense e incluso ocupar tiempo a su gobierno e instituciones científicas, algunos datos revelados por las encuestas en ese país pueden sernos de ayuda. Una reciente encuesta de Gallup comentada por el corresponsal del diario mexicano La Jornada David Brooks6, señalaba que el 46 por ciento de estadounidenses es creacionista, es decir, piensa que Dios creó a los seres humanos en los últimos diez mil años, tal como establece la Biblia. Otro 32 por ciento considera una evolución de más tiempo —millones de años—, pero que Dios guió el proceso. En cambio, sólo 15 por ciento piensa que los humanos son parte de una evolución natural, sin intervención divina. Pero aún más sorprendente es que, entre los titulados universitarios, el porcentaje de creacionistas siga siendo del 46 por ciento. Que la mitad de los ciudadanos de ese país, tanto si tienen estudios como si no, se crean la historia de Adán y Eva y rechacen a Darwin es francamente preocupante.
A partir de ahí podemos entender que el debate político ante la inminente campaña electoral lo haya marcado una pregunta del programa ‘Buscando OVNI’s’ , de National Geographic sobre cuál de los dos candidatos presidenciales lidiaría mejor con un ataque de criaturas del espacio exterior. A los estadounidenses les pareció una pregunta lógica y dos tercios de los encuestados estimaron que Barack Obama sería más eficiente que su rival, el republicano Mitt Romney, a la hora de enfrentar una “invasión extraterrestre”.
Los estadounidenses no sólo creen en los extraterrestres sino también en los superhéroes, aunque siete de cada diez ciudadanos consideran que es más factible que encontremos vida en otros planetas que vivamos rodeados de personas con poderes sobrehumanos. En cualquier caso, ante un ataque al planeta el 21% llamaría al gigante verde Hulk en busca de rescate, mientras que el 12% acudiría a Batman y sólo el 8% a Spiderman.
Pues bien, estos ejemplos nos pueden hacer una idea de cómo es la sociedad que se propone liderar el planeta y servir de referente de democracia, libertad y racionalidad a la comunidad internacional.
*Pascual Serrano es un periodista español. Su último libro ha sido “Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa”. Editorial Península. Barcelona