Estados Unidos acordó este miércoles con Irak la retirada de todas las tropas de combate que quedan desplegadas en el país para luchar contra los yihadistas, aunque un pequeño contingente permanecerá en labores de entrenamiento.
Este anuncio se produce en un momento en que las fuerzas estadounidenses reciben casi a diario ataques de cohetes atribuidos a milicias paramilitares chiítas vinculadas a Irán, lo que llevó a Biden a ordenar ataques aéreos contra campamentos en Siria.
Las dos naciones acordaron en una videoconferencia dirigida por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Fuad Hussein, que las fuerzas iraquíes estaban preparadas para asumir más responsabilidades.
“Las partes confirmaron que la misión de Estados Unidos y las fuerzas de la coalición ahora llegaron a una transición enfocada en el entrenamiento y el asesoramiento”, señalaron los países en un comunicado conjunto tras la reunión virtual.
Eso “permite el redespliegue de cualquier tropa de combate que siga en Irak, para lo cual el calendario va a ser establecido en un próximo diálogo técnico”, indicaron.
Irak ha caminado por una línea muy fina para equilibrar sus relaciones con Estados Unidos e Irán, que comparte lazos religiosos con su vecino de mayoría chiíta.
Los llamamientos iraquíes para una retirada de las tropas estadounidenses se dispararon en enero de 2020 después de que el expresidente Donald Trump ordenara el asesinato en Bagdad del alto comandante iraní Qasem Soleimani. Desde entonces las tensiones se han mantenido altas.
En febrero, Biden ordenó ataques aéreos contra objetivos en Siria de paramilitares vinculados a Irán después de que un ataque con cohetes matara a un contratista de la coalición liderada por Estados Unidos e hiriera a personal estadounidense.
Pero Biden, en una coincidencia poco habitual con su predecesor Trump, está buscando cómo terminar con una política conocida como la de las “guerras sin fin”.
Trump había ordenado una reducción del contingente en Irak y en Afganistán en sus últimos meses en el poder y al 15 de enero las tropas estadounidenses en cada país se habían reducido a 2.500 efectivos.
El asesor de seguridad nacional de Irak, Qassem al-Araji, prometió esfuerzos para proteger a las fuerzas extranjeras y confirmó que Estados Unidos seguiría adelante con la retirada.
“La parte estadounidense prometió retirar un número importante de sus tropas de Irak”, dijo.
El Pentágono se negó a especificar un plazo para la retirada, diciendo que se elaboraría en las conversaciones técnicas.
“Todos hemos estado trabajando para un eventual redespliegue”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby, a los periodistas, “cuando no haya necesidad de apoyo estadounidense sobre el terreno”.
Fuente: AFP