El desenlace de las elecciones presidenciales de Honduras seguía en el limbo el martes por la mañana, incluso después de que los resultados iniciales mostraban que un presentador de televisión tenía cinco puntos de ventaja sobre su rival, el presidente Juan Orlando Hernández, y se enfilaba a una victoria inesperada.
Con el 70 por ciento de las urnas escrutadas, el opositor Salvador Nasralla, una estrella de TV de 64 años, mantenía sobre Hernández la misma diferencia que en el primer y único reporte público que hicieron las autoridades con el 57 por ciento de urnas computadas, dijo el lunes por la tarde a Reuters el magistrado del tribunal electoral Marcos Lobo.
Aunque el magistrado no dio las cifras de votos actualizada de cada candidato, dijo que la diferencia era muy grande para que Hernández, que llegó a la contienda como favorito en los sondeos para gobernar por cuatro años más, pudiera alcanzar al opositor. La autoridad electoral en su reporte había dicho que Nasralla tenía el 45 por ciento y Hernández el 40.
David Matamoros, presidente del tribunal electoral, dijo el lunes que podría entregar resultados más definitivos para el jueves, una brecha que podría avivar la tensión en el país.
Nasralla, quien lidera la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, una coalición amplia que aglutina corrientes conservadoras y de izquierda, clamó victoria desde el domingo incluso antes del primer anuncia del Tribunal Supremo Electoral (TSE), poco después de que Hernández hiciera lo propio.
El candidato opositor tiene el respaldo del expresidente Manuel Zelaya, derrocado en un golpe de Estado en 2009 luego de proponer un referéndum sobre su reelección y mostrar su cercanía con el líder venezolano Hugo Chávez.
Muchos creen que Zelaya es la verdadera fuerza detrás de Nasralla, quien ha prometido luchar contra la corrupción y ha dicho que “vamos a tener unas buenas relaciones con los Estados Unidos y con todos los países”.
Pero una vuelta de izquierdistas de antaño podría atizar la preocupación en Washington.
Aunque aún se esperan las cifras definitivas, el magistrado Lobo dijo a Reuters que Nasralla “ya es el ganador prácticamente (…) Los técnicos de aquí, los expertos, dicen que es irreversible”.
El país es una de las naciones más pobres del continente y ha sido azotada durante años por la violencia de las pandillas, lo que ha disparado las tasas de asesinatos a uno de los niveles más altos del mundo.
A Hernández se le atribuyó la reducción de la tasa de homicidios y el impulso de la economía, pero también se le vinculó con financiamiento ilícito relacionado con las drogas, algo que él niega.
Su llegada a la contienda electoral del domingo fue posible gracias a una decisión de la Corte Suprema de 2015 sobre los límites de mandato, lo que dividió la opinión en el país.
Washington ve a Hernández como un aliado confiable en la lucha contra el tráfico de drogas y las pandillas, así como para controlar el flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos. Una victoria para el recién llegado Nasralla llevaría a la relación con Estados Unidos a un territorio desconocido.