La compañía SpaceX realizó el tercer lanzamiento del cohete superpesados, que transportaba a bordo 24 satélites y restos humanos cremados destinados a ser lanzados al espacio.
La misión para regresar a la Tierra al cohete Falcon Heavy tras el nuevo lanzamiento realizado en la madrugada de este martes por SpaceX acabó con su núcleo central estrellándose contra el mar y estallando.
El cohete superpesado despegó desde el Centro Espacial John F. Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.), con el objetivo poner en órbita 24 satélites. Se trató del tercer vuelo para el Falcon Heavy, el primero en realizarse en horario nocturno.
Asimismo, fue la primera ocasión en que su carga útil incluía más de un satélite. Así, en vistas a su elevada cantidad de componentes móviles, el lanzamiento fue calificado como “el más difícil” en la historia de la compañía por su fundador Elon Musk.
Todo marchaba según lo programado, la carga útil fue exitosamente desplegada e incluso los dos propulsores laterales aterrizaron de manera segura, con lo cual podrán ser utilizados nuevamente. Sin embargo, el cohete acelerador central no tuvo la misma suerte.
“El núcleo central [ha experimentado un]desmontaje rápido no programado. Era una apuesta con pocas probabilidades”, escribió Musk en su cuenta de Twitter tras el fallido aterrizaje.
Aparte de los distintos módulos —que incluía un satélite de vela solar, un reloj atómico de espacio profundo y un nuevo tipo de propulsor más ecológico para la NASA— el cohete de SpaceX llevó a bordo una carga inusual: las cenizas de 152 personas, transportadas por un costo de 5.000 dólares el gramo, que tenían como objetivo ser lanzadas al espacio.
Fuente: RT
