El nombre del alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, salió a colación en un debate sobre aumentar el impuesto a las bebidas gaseosas para financiar el combate a la obesidad en México, donde ahora hay más gente con sobrepeso que en Estados Unidos.
La propuesta del presidente Enrique Peña Nieto para recaudar 950 millones de dólares subiendo un peso (ocho centavos de dólar) por litro de refresco, ha provocado la ira de la industria de las bebidas en el país con el mayor consumo anual de sodas. El mexicano promedio consume 163 litros (43 galones) de refresco al año.
Embotelladoras, distribuidores y la industria azucarera han comprado páginas completas de anuncios y transmitido anuncios en medios de comunicación para oponerse a la medida. El gobierno quiere utilizar los ingresos para colocar bebederos en escuelas, donde prácticamente no hay.
Algunos anuncios han tenidos como blanco a Bloomberg, quien respaldó una medida que no prosperó para gravar las bebidas carbonatadas y luego una prohibición a los refrescos grandes en la ciudad de Nueva York. El grupo de filantropía de Bloomberg también ha contribuido a los grupos mexicanos que apoyan los impuestos.
“No al impuesto Bloomberg”, se lee en varios anuncios colocados en México en días recientes.
Bloomberg tiene derecho de estar loco, pero no tiene derecho de venir aquí e imponernos su locura, dijo Cuauhtémoc Rivera, líder de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes en México, una cámara de comercio poco conocida en el país que compró anuncios completos en los principales diarios nacionales.
Rivera reconoce que las grandes embotelladoras y el sector azucarero han contribuido a las campañas publicitarias contra el impuesto.
Bloomberg Philanthropies dijo que ha donado 10 millones de dólares en un esfuerzo con las “principales organizaciones de investigación y defensa” para apoyar metas como “elevar los impuestos a las bebidas azucaradas”. Pero el grupo del alcalde no precisó cuánto, si acaso dio, para anuncios en México.
Sin embargo, los que se oponen han colocado muchos más anuncios que los que están a favor de la medida.
La industria refresquera es una de las que más dinero y clientes suma en el país. Rivera calcula que la venta de refrescos representa 40% del ingreso de las tiendas pequeñas en México.
Coca Cola-Femsa, la principal embotelladora del país, dijo que no ha comprado ningún anuncio con su nombre. Pero su portavoz, Guadalupe González, indicó en un correo electrónico que la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas, a la que pertenece Coca Cola-Femsa, ha colocado anuncios.
Alejandro Calvillo, presidente del grupo sin fines de lucro El Poder del Consumidor, dijo que dos empresas de espectaculares rechazaron los anuncios de su organización porque no querían meterse en problemas con otros clientes que se anuncian con ellos.
Fuente: AP