En contraste con la postura de Brasil, para la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el presunto espionaje del gobierno de Estados Unidos a Enrique Peña Nieto cuando era candidato y Presidente Electo ya no amerita discusión ni polémica, pues existe el compromiso de Barack Obama de investigar ese tema.
Así lo estableció el subsecretario de la SRE para América del Norte, Sergio Alcocer Martínez de Castro, al comentar que durante la visita del Vicepresidente de Estados Unidos a México,Joe Biden, este jueves y viernes, el caso no será tocado y sólo se tratarán temas de carácter económico.
Primero, el tema del espionaje, el Presidente de la República ya trató este tema durante la reunión del G-20 durante una llamada telefónica y posteriormente en una entrevista con el propio Presidente de los Estados Unidos.
“Ya hay un acuerdo, un ofrecimiento de los Estados Unidos de hacer una investigación profunda sobre este tema y estaremos atentos a este asunto”, enfatizó el funcionario.
Al referirse a la agenda de Biden a México, señaló que arribará a nuestro país la noche de este jueves y permanecerá hasta la tarde del viernes. Se reunirá con empresarios, rectores de universidades y con el primer mandatario de nuestro país.
Durante la estancia del vicepresidente norteamericano, precisó el subsecretario de la SRE, no se abordará tampoco el tema deltráfico de armas de Estados Unidos, pues, dijo el funcionario, sólo se tocarán temas de carácter económicos.
La postura de la cancillería mexicana contrasta con la del gobierno de Brasil, cuya presidenta, Dilma Rousseff -quien también fue objeto de presunto espionaje por el Gobierno de Barack Obama- decidió cancelar una visita oficial a Estados Unidos.
La decisión fue anunciada en una nota oficial divulgada por la Presidencia brasileña, en la que se explica que fue tomada de acuerdo con el presidente Obama, y se dice claramente que se debe al espionaje efectuado por agencias estadounidenses a la mandataria, a empresas y ciudadanos brasileños.
El anuncio oficial sobre la cancelación de la visita de la Presidenta de Brasil fue hecho un día después de una conversación telefónica entre Dilma Rousseff y el mandatario norteamericano, Barack Obama.
“Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del Gobierno brasileño constituyen un hecho grave, que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales, y es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos”, afirma el comunicado brasileño.
“Teniendo en cuenta la proximidad de la programada visita de Estado a Washington —y en ausencia de una investigación de lo ocurrido, con las correspondientes explicaciones y compromiso de cesar la interceptación— no están dadas las condiciones para la realización de la visita”, indica la nota del gobierno brasileño.
Fuente: Excélsior