Escándalos ponen en crisis a la monarquía española

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La princesa alemana Corinna Sayn Wittgenstein, supesta amante del rey emérito, Juan Carlos de Borbón, tiene en jaque a la monarquía española, sumida en una crisis profunda de credibilidad.

Si es verdad lo que cuenta Corinna en conversaciones grabadas por un ex comisario de policía -hoy encarcelado por un turbio caso de espionaje y corrupción-, quien fue jefe del Estado español entre 1976 y 2014 y elogiado por su labor durante la transición a la democracia “no sabe distinguir entre lo público y lo privado”, “cobra comisiones” ilegales en los negocios en los que hace de intermediario -como el tren de alta velocidad a la Meca- y tiene cuentas en Suiza a nombre de testaferros o prestanombres.

En una plática grabada por el ex comisario de policía José Manuel Villarejo y en la que también interviene el ex presidente de Teléfonica Juan de Villalonga, difundidas por el amarillista OKDiario y el portal El Español, se escucha a la ex amante del rey emérito detallar su relación con Juan Carlos, pero sobre todo la corrupción de la monarquía española.

Corinna mantuvo una estrecha relación con Juan Carlos los últimos años de su reinado; lo acompañó en el polémico viaje a Botsuana en 2012, en el que cazaron elefantes, y que fue abruptamente interrumpido ante la caída y posterior cirugía a la que tuvo que ser sometido el monarca. Más aún, el Rey puso a su nombre una casa de tres pisos en las inmediaciones del Palacio del Pardo, a donde Corinna se mudó junto a su hijo y, sobre todo, para estar cerca del monarca, quien por otro lado mantenía una agenda pública común con su todavía esposa, la reina Sofía.

Tras su abdicación después de una serie de escándalos, el más notorio el de Iñaki Urdangarin, esposo de de su hija Cristina, el rey se distanció de Corinna. Ella se fue a vivir a Mónaco, a su residencial anterior, y él se alejó de la esfera pública y cedió todo el protagonismo a su sucesor e hijo Felipe VI.

La investigación del caso Urdangarín reveló que la princesa Corinna intervino en varios negocios y habría intermediado con un grupo de empresarios para conseguir un trabajo al yerno del rey y alejarlo lo antes posible de España. Fue entonces cuando el citado ex comisario de policía Villarejo, suspendido del cargo por diversos casos de corrupción y espionaje y por descubrirse que tiene a su nombre más de cien empresas, decidió grabar una conversación entre Corinna, el empresario español Villalonga y él mismo.

En las grabaciones, en las que se intercala el inglés y el español y que en ocasiones parece seguir el orden de un guión preestablecido, la ex amante del monarca acusa a Juan Carlos de cobrar comisiones en los negocios en los que participa, de haberlo hecho y ganado más de cien millones de euros con el tren de alta velocidad a La Meca, que construyó la empresa española OHL, presidida por el empresario Juan Manuel Villar Mir, investigado como presunto financiador irregular del derechista Partido Popular (PP) y de haber pagado comisiones para obtener contratos.

Además, la princesa Corinna denuncia que Juan Carlos tiene cuentas secretas en Suiza, siempre a nombre de testaferros, entre ellos Arturo Fasana, quien también figura como prestanombres del ex presidente de Cataluña, Jordi Pujol, involucrado en corrupción. Corinna acusa al monarca emérito y a su yerno, Urdangarin, de que “no saben distinguir lo público de lo privado” y que ella se los habría advertido en varias ocasiones.

Ante la gravedad de las acusaciones que nadie ha desmentido, diversos grupos parlamentarios exigieron la creación de una comisión legsilativa de investigación en la que comparezca el propio Juan Carlos para dar explicaciones. Un escenario lejano, una vez que el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), anunció la comparecencia a puerta cerrada del director del servicio de espionaje, Félix Sanz Roldán, para que explique y dé información sobre el caso, entre otras cosas porque la propia Corinna denunció que el Centro Nacional de Inteligencia le habría seguido, amenazado e intentado coaccionar.

Una información revelada también por el diario digital El Español confirmó el nerviosismo tras la revelación de las grabaciones en el seno de la monarquía española, ya que al parecer al difundirse el propio rey emérito tuvo una crisis de ansiedad.

Fuente: La Jornada

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